Por Daniel Morales Ruvalcaba
La relación entre China y América Latina, como región en su conjunto, se ha consolidado gradualmente desde 2014, cuando se estableció el Foro China-CELAC. Este marco estratégico ha permitido un avance significativo en la cooperación multilateral, impulsando proyectos de infraestructura, comercio e inversión en toda la región. En este contexto, China ha buscado también profundizar sus lazos con algunos grupos subregionales, reconociendo la diversidad económica y geopolítica latinoamericana. Dentro de esta estrategia, el Caribe ha adquirido un papel relevante, especialmente en lo que respecta a la Comunidad del Caribe (CARICOM), un bloque ubicado en la cuenca del Caribe, compuesto por 15 países miembros y cuyo rol ha sido históricamente relevante.
China y CARICOM han cultivado una relación que va más allá de simples intercambios comerciales. El principal mecanismo de diálogo multilateral entre China y algunos miembros de CARICOM (del cual están excluidos los países caribeños que mantienen relaciones con Taiwán) ha sido el “China-Caribbean Economic & Trade Cooperation Forum” que ha tenido tres ediciones: la primera, celebrada en febrero de 2005 en Kingston, Jamaica, se enfocó en la promoción de la cooperación y el desarrollo; la segunda, realizada en septiembre de 2007 en Xiamen, China, se centró en profundizar la cooperación económico-comercial para avanzar en el desarrollo conjunto; la tercera, efectuada en septiembre de 2011 en Puerto España, Trinidad y Tobago, tuvo como temas principales la cooperación, el desarrollo y las ganancias compartida. Luego de estos foros, el acercamiento más significativo de China al Caribe ocurrió en septiembre de 2018 con la visita de Wang Yi, Ministro de Relaciones Exteriores de China, a la sede de la Secretaría de CARICOM, en Georgetown, Guyana. Pero ¿qué implica esto para la subregión caribeña y cómo está moldeando su futuro?
En primer lugar, el aspecto diplomático de esta relación es de suma importancia. China ha brindado un respaldo significativo a los países caribeños en diversos foros internacionales, fortaleciendo su posición en la arena global. Esta diplomacia de apoyo ha sido crucial para naciones que, debido a su poder nacional limitado, a menudo enfrentan desafíos en la escena internacional. La promesa de asistencia técnica y respaldo en foros multilaterales por parte de China ha proporcionado a los países caribeños una plataforma más sólida para expresar sus intereses y preocupaciones a nivel global.
En segundo lugar, la influencia china se extiende a través de un creciente interés en proyectos de infraestructura y desarrollo en el Caribe. Las inversiones chinas en el Caribe han aumentado, con proyectos destacados como la construcción de puertos, el desarrollo de obras públicas y la modernización de infraestructuras. Sin embargo, dichas inversiones no están exentas de desafíos y controversias. La creciente influencia de China también ha suscitado preocupaciones sobre la deuda y la dependencia económica.
En tercer lugar, el comercio entre China y los países caribeños ha mostrado un crecimiento notable. China se ha convertido en uno de los principales socios comerciales de la región, y el intercambio de bienes ha aumentado considerablemente. Los productos chinos, desde tecnología hasta bienes de consumo, han aumentado su presencia en los mercados caribeños, ofreciendo opciones más accesibles para los consumidores. A su vez, muchos de los miembros de CARICOM han comenzado a exportar productos a China, abriendo nuevas oportunidades para los sectores agroindustriales y turísticos del Caribe.
Como se puede constatar, el impacto de estos vínculos es significativo y multifacético. Mirando hacia el futuro, es fundamental que los socios de CARICOM reaviven sus relaciones con China, las cuales han decaído tras la pandemia. Además de impulsar la realización de una cuarta edición del China-Caribbean Economic & Trade Cooperation Forum a corto plazo, es crucial que, a mediano y largo plazo, la participación de los países caribeños en la Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI, por sus siglas en inglés) se enfoque en maximizar los beneficios de la cooperación.
En este sentido, los compromisos establecidos durante la “China-Caribbean Conference on BRI Implementation”, celebrada en octubre de 2019 en St. George, Granada, deben concretarse mediante el establecimiento de mecanismos financieros justos y estables, el fomento de intercambios culturales y educativos, el fortalecimiento de la lucha contra la corrupción, y la promoción de la cooperación en salud, agricultura y prevención de desastres, tal como ambas partes acordaron en la Declaración Conjunta.
Aprovechando su liderazgo en la BRI y su creciente influencia en el Sur Global, China ofrece a los países caribeños la oportunidad de fortalecer sus vínculos con otras regiones. No obstante, el futuro de las relaciones sino-caribeñas dependerá, en última instancia, de la capacidad de los estados de CARICOM para coordinar eficazmente sus políticas exteriores y capitalizar al máximo las oportunidades que presenta el diálogo con China.
DANIEL MORALES RUVALCABA es profesor asociado de la Sun Yat-sen University (China) y miembro del Sistema Nacional de Investigadores (México). Publicación más reciente: National Power in Sino-Caribbean Relations: CARICOM in the Geopolitics of the Belt and Road Initiative (Chinese Political Science Review). Twitter: @moralesruvalcab.