/ domingo 5 de septiembre de 2021

Obesidad infantil y Covid-19, una combinación peligrosa

Uno de los mensajes más poderosos que se envió desde el principio de la pandemia y que constituyó la base de la primera respuesta de los gobiernos fue que la edad avanzada era el principal factor de riesgo para Covid-19.

Este mensaje se construyó a partir de la evidencia obtenida en los brotes en China, Corea del Sur, España e Italia y para marzo de 2020 se contaba con suficiente información para saber que la tasa de letalidad de la infección por coronavirus era prácticamente cero por ciento en menores de 9 años y se incrementaba gradualmente hasta alcanzar valores entre 1.8 y 3.6% en la población de 60 69 años, entre 4.8 y 12.8% en la de 60 a 79 años y entre 13 y 20% para mayores de 80 años.

Sin embargo, un análisis más detallado permitió vislumbrar que no era la edad avanzada por sí misma, sino la existencia de condiciones de salud preexistentes, lo que determinaba el riesgo de muerte, de forma que se elevaba de menos del 1% para personas sanas hasta 10% para personas con padecimientos cardiovasculares, pasando por diabetes, padecimientos respiratorios, hipertensión y cáncer.

Con base en datos del INEGI, sabemos que durante el 2020 murieron en México 338,310 personas más que en 2019 de los cuales el 92.4% falleció por enfermedad. La explicación más plausible para este comportamiento es la pandemia, aunque menos de la mitad de los fallecidos contaba con un diagnóstico positivo de la infección. Igual que en lo observado en otros países, en México la mayor letalidad ocurrió en mayores de 65 años siendo la letalidad en menores de 20 años menor que en otros años, seguramente por causa del confinamiento.

Hasta este momento, la decisión del gobierno ha sido no vacunar contra Covid-19 a menores de 18 años, aunque la vacuna ya está autoriza por COFEPRIS para el grupo de 12 a 18 y se encuentra en proceso de aprobación en el extranjero a partir de 2 años.

De acuerdo a un artículo publicado por Calixto-Calderón y colaboradores, en México las principales comorbilidades para fallecimientos por Covid-19 han sido obesidad, hipertensión y diabetes, en ese orden, claramente diferente de lo que observado en otros países. La obesidad es una enfermedad inflamatoria lo cual explica la mayor susceptibilidad de personas con esta condición para desarrollar cuadros más graves de Covid-19 hasta provocar el fallecimiento.

La Encuesta nacional de Salud y Nutrición informa que en México uno de cada seis menores entre 5 y 11 años presenta obesidad. Esta información debiera estar sobre la mesa en estos momentos cuando, aunque no se ha extinguido por completo el contagio producido por la ola delta, se ha promovido el regreso masivo a las aulas.

Reportes oficiales estiman que en las últimas dos semanas se han detectado 11,923 contagios entre menores de 5 a 14 años de edad asociados al regreso a clases. Dada la alta tasa de prevalencia de obesidad infantil en México junto con el avance en la vacunación de mayores de 18 años, podríamos esperar como consecuencia que aumentará la proporción de casos graves y fallecimientos de niños y jóvenes, una tendencia que ha comenzado a observarse ya.

Ante el elevado costo al erario, lo que parece ser la principal razón por la que no se ha contemplado la vacunación generalizada, una alternativa para México sería la vacunación selectiva de aquellos menores que presenten obesidad y que tienden a ser el principal grupo de riesgo a futuro.

Mientras no se tome una decisión de este tipo, lo único que nos queda es sensibilizar a los maestros y padres de familia sobre la importancia de mejorar la nutrición de los pequeños para asegurarles un regreso seguro a clases.

Para información adicional de éste y otros temas de interés visiten http://reivindicandoapluton.blogspot.mx o https://www.facebook.com/BValderramaB/


Uno de los mensajes más poderosos que se envió desde el principio de la pandemia y que constituyó la base de la primera respuesta de los gobiernos fue que la edad avanzada era el principal factor de riesgo para Covid-19.

Este mensaje se construyó a partir de la evidencia obtenida en los brotes en China, Corea del Sur, España e Italia y para marzo de 2020 se contaba con suficiente información para saber que la tasa de letalidad de la infección por coronavirus era prácticamente cero por ciento en menores de 9 años y se incrementaba gradualmente hasta alcanzar valores entre 1.8 y 3.6% en la población de 60 69 años, entre 4.8 y 12.8% en la de 60 a 79 años y entre 13 y 20% para mayores de 80 años.

Sin embargo, un análisis más detallado permitió vislumbrar que no era la edad avanzada por sí misma, sino la existencia de condiciones de salud preexistentes, lo que determinaba el riesgo de muerte, de forma que se elevaba de menos del 1% para personas sanas hasta 10% para personas con padecimientos cardiovasculares, pasando por diabetes, padecimientos respiratorios, hipertensión y cáncer.

Con base en datos del INEGI, sabemos que durante el 2020 murieron en México 338,310 personas más que en 2019 de los cuales el 92.4% falleció por enfermedad. La explicación más plausible para este comportamiento es la pandemia, aunque menos de la mitad de los fallecidos contaba con un diagnóstico positivo de la infección. Igual que en lo observado en otros países, en México la mayor letalidad ocurrió en mayores de 65 años siendo la letalidad en menores de 20 años menor que en otros años, seguramente por causa del confinamiento.

Hasta este momento, la decisión del gobierno ha sido no vacunar contra Covid-19 a menores de 18 años, aunque la vacuna ya está autoriza por COFEPRIS para el grupo de 12 a 18 y se encuentra en proceso de aprobación en el extranjero a partir de 2 años.

De acuerdo a un artículo publicado por Calixto-Calderón y colaboradores, en México las principales comorbilidades para fallecimientos por Covid-19 han sido obesidad, hipertensión y diabetes, en ese orden, claramente diferente de lo que observado en otros países. La obesidad es una enfermedad inflamatoria lo cual explica la mayor susceptibilidad de personas con esta condición para desarrollar cuadros más graves de Covid-19 hasta provocar el fallecimiento.

La Encuesta nacional de Salud y Nutrición informa que en México uno de cada seis menores entre 5 y 11 años presenta obesidad. Esta información debiera estar sobre la mesa en estos momentos cuando, aunque no se ha extinguido por completo el contagio producido por la ola delta, se ha promovido el regreso masivo a las aulas.

Reportes oficiales estiman que en las últimas dos semanas se han detectado 11,923 contagios entre menores de 5 a 14 años de edad asociados al regreso a clases. Dada la alta tasa de prevalencia de obesidad infantil en México junto con el avance en la vacunación de mayores de 18 años, podríamos esperar como consecuencia que aumentará la proporción de casos graves y fallecimientos de niños y jóvenes, una tendencia que ha comenzado a observarse ya.

Ante el elevado costo al erario, lo que parece ser la principal razón por la que no se ha contemplado la vacunación generalizada, una alternativa para México sería la vacunación selectiva de aquellos menores que presenten obesidad y que tienden a ser el principal grupo de riesgo a futuro.

Mientras no se tome una decisión de este tipo, lo único que nos queda es sensibilizar a los maestros y padres de familia sobre la importancia de mejorar la nutrición de los pequeños para asegurarles un regreso seguro a clases.

Para información adicional de éste y otros temas de interés visiten http://reivindicandoapluton.blogspot.mx o https://www.facebook.com/BValderramaB/