La idea de ciudadanía se remonta hasta Grecia particularmente en los ejercicios democráticos de las ciudades en los que cierto grupo de personas tenían el derecho de participar y decidir en los asuntos públicos. Se trataba de un “derecho” restringido a ciertas clases sociales, como diríamos hoy. Por siglos, incluyendo sin temor a equivocarme el siglo XX, era una figura que en los hechos no se desplegaba con plenitud y algunos autores identifican que más bien se trataba de un imaginario instalado en las mentes de las clases dirigentes, los gobernantes y los líderes políticos, que una práctica en el ejercicio de derechos. Basta señalar que la propia revolución francesa proclamó los derechos del ciudadano y sin embargo las mujeres quedaron al margen de tales derechos; incluso Olympe de Gouges que promulgó la declaración de los derechos de la mujer fue decapitada.
En México no fue sino hasta 1970 que el concepto participación ciudadana se contempló en la entonces ley orgánica del Distrito Federal y de ahí se fueron generando otros mecanismos de participación. En Morelos no fue sino hasta el 2000 que se crea la primera ley de participación ciudadana que se modificó en 2014 y luego en 2017.
La iniciativa que presenté y que finalmente fue aprobada el pasado 15 de julio, fue construida pacientemente con la participación de diversas asociaciones civiles que tuvieron a bien presentar propuestas hasta tener un documento terminado. La nueva ley amplía los mecanismos de participación de los ciudadanos en el ejercicio de sus derechos para una mejor calidad de vida en todos los órdenes del quehacer público. Y la presenté con la firme convicción de que los ciudadanos son pieza esencial en el fortalecimiento de nuestra democracia.
Por otro lado, se busca estrechar la relación pueblo - autoridad que permita un mutuo reconocimiento en orden a organizar conjuntamente una sana convivencia social reconociendo y protegiendo los derechos humanos y responsablemente contribuir con las autoridades legítimamente constituidas en mecanismos de diálogo y escucha mutua para el bien público.
La nueva ley incorpora figuras como auditoría ciudadana, comparecencia pública y debate ciudadano, entre otras, que permitirán a los ciudadanos tener mayores carriles de tránsito hacia el pacto social necesario para convivir con mayor bienestar, paz y futuro cierto.
No quiero dejar de expresar mi reconocimiento a los integrantes de diversas asociaciones por su participación y contribución. ¡¡¡Enhorabuena!!!