/ viernes 5 de julio de 2024

Indulto: ¿inocencia o culpa cuestionada?

El término indulto tiene su origen en el latín indultus que en su trascendencia semántica significa indulgencia, mostrar clemencia, en otras palabras, perdonar. En el contexto jurídico, es una medida de gracia mediante la cual una autoridad competente perdona total o parcialmente una pena impuesta a una persona condenada, liberándola de cumplirla.

A lo largo de la historia, el indulto ha surgido en momentos cruciales, sellando episodios trascendentales en el anecdotario de la humanidad. Uno de los antecedentes más emblemáticos y debatidos de esta práctica se halla en el relato concerniente a Barrabás, cuyo indulto delineó un capítulo sombrío y complejo en los anales del derecho y la moral. Según las crónicas de aquel tiempo, Poncio Pilato, gobernador romano en Judea, propuso un dilema a los congregados: liberar a Jesús de Nazaret, predicador y milagrero; o a Barrabás, descrito por algunos eruditos como un insurgente y por otros como un bandido.

En un giro dramático y cargado de futuro, la multitud escogió absolver a Barrabás, mientras que la figura mesiánica de Jesús fue llevada al suplicio del Gólgota para su crucifixión. Este acto refleja la antigua existencia del indulto; y enfatiza sus profundas connotaciones éticas y sociales, pintando un retrato vívido de la complejidad humana frente a la justicia.

El pasado 20 de junio, la LXIII Legislatura del Congreso del Estado de San Luis Potosí, aprobó por unanimidad el indulto a Sanjuana Maldonado Amaya, quien estuvo encarcelada durante 15 años de una condena de 30 años por un delito de secuestro sin pruebas concluyentes. Aunque no significa que se le declara inocente del ilícito, pone de relieve la función del indulto como posible correctivo a fallos y rigideces del sistema judicial.

El eco de dicha determinación, encendió la chispa para una reforma legislativa transformadora, por lo pronto para San Luis Potosí, inspirada en este caso, como un proyecto pionero que busca redefinir el uso del indulto en México. Como respuesta a las inquietudes sobre las deficiencias en el sistema judicial que, en casos como el de Maldonado, resultan en condenas sin bases sólidas y violaciones a los derechos humanos.

Tiene como objetivo establecer protocolos claros y justos para el otorgamiento de indultos, especialmente en situaciones donde las pruebas son insuficientes o los derechos humanos han sido comprometidos. Esta iniciativa es trascendental por varias razones. Primero, subraya la necesidad de un mecanismo de revisión dentro del sistema legal que permita corregir errores judiciales de manera eficiente; y segundo, destaca el compromiso con la protección de los derechos humanos, asegurando que no sólo se haga justicia, sino que sea con respeto a la dignidad humana.

Al establecer un precedente para el tratamiento de casos injustamente juzgados, esta ley podría servir como un modelo para otras jurisdicciones dentro de nuestro país y potencialmente en otras partes del mundo. Es un paso hacia un sistema judicial que reconoce sus errores y busca activamente rectificarlos, garantizando que la justicia sea efectiva y accesible para todos.

No debemos pasar por inadvertido el dilema que penetra profundamente el tejido moral de nuestra sociedad. ¿Acaso el indulto es un reconocimiento de la falibilidad de nuestro sistema judicial; un gesto de humanidad ante la rigidez de la ley; o un escape necesario frente a los errores irrevocables de la justicia? De las sentencias impuestas, y la integridad de los métodos para la búsqueda de la verdad, ¿es una segunda oportunidad; o se traduce en una injusticia hacia la víctima, cuyo sufrimiento parece relegado a un segundo plano?

Este debate genera una introspección profunda sobre los valores que elegimos defender y los sacrificios que estamos dispuestos a aceptar en nombre de la justicia. Mientras contemplamos el horizonte de posibilidades que se despliega ante nosotros con cada acto de indulgencia, debemos preguntarnos: ¿qué precio tiene la justicia y cuán pesada es la carga de la misericordia?

Profesor de Derecho Civil y Derecho Familiar de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional Autónoma de México

El término indulto tiene su origen en el latín indultus que en su trascendencia semántica significa indulgencia, mostrar clemencia, en otras palabras, perdonar. En el contexto jurídico, es una medida de gracia mediante la cual una autoridad competente perdona total o parcialmente una pena impuesta a una persona condenada, liberándola de cumplirla.

A lo largo de la historia, el indulto ha surgido en momentos cruciales, sellando episodios trascendentales en el anecdotario de la humanidad. Uno de los antecedentes más emblemáticos y debatidos de esta práctica se halla en el relato concerniente a Barrabás, cuyo indulto delineó un capítulo sombrío y complejo en los anales del derecho y la moral. Según las crónicas de aquel tiempo, Poncio Pilato, gobernador romano en Judea, propuso un dilema a los congregados: liberar a Jesús de Nazaret, predicador y milagrero; o a Barrabás, descrito por algunos eruditos como un insurgente y por otros como un bandido.

En un giro dramático y cargado de futuro, la multitud escogió absolver a Barrabás, mientras que la figura mesiánica de Jesús fue llevada al suplicio del Gólgota para su crucifixión. Este acto refleja la antigua existencia del indulto; y enfatiza sus profundas connotaciones éticas y sociales, pintando un retrato vívido de la complejidad humana frente a la justicia.

El pasado 20 de junio, la LXIII Legislatura del Congreso del Estado de San Luis Potosí, aprobó por unanimidad el indulto a Sanjuana Maldonado Amaya, quien estuvo encarcelada durante 15 años de una condena de 30 años por un delito de secuestro sin pruebas concluyentes. Aunque no significa que se le declara inocente del ilícito, pone de relieve la función del indulto como posible correctivo a fallos y rigideces del sistema judicial.

El eco de dicha determinación, encendió la chispa para una reforma legislativa transformadora, por lo pronto para San Luis Potosí, inspirada en este caso, como un proyecto pionero que busca redefinir el uso del indulto en México. Como respuesta a las inquietudes sobre las deficiencias en el sistema judicial que, en casos como el de Maldonado, resultan en condenas sin bases sólidas y violaciones a los derechos humanos.

Tiene como objetivo establecer protocolos claros y justos para el otorgamiento de indultos, especialmente en situaciones donde las pruebas son insuficientes o los derechos humanos han sido comprometidos. Esta iniciativa es trascendental por varias razones. Primero, subraya la necesidad de un mecanismo de revisión dentro del sistema legal que permita corregir errores judiciales de manera eficiente; y segundo, destaca el compromiso con la protección de los derechos humanos, asegurando que no sólo se haga justicia, sino que sea con respeto a la dignidad humana.

Al establecer un precedente para el tratamiento de casos injustamente juzgados, esta ley podría servir como un modelo para otras jurisdicciones dentro de nuestro país y potencialmente en otras partes del mundo. Es un paso hacia un sistema judicial que reconoce sus errores y busca activamente rectificarlos, garantizando que la justicia sea efectiva y accesible para todos.

No debemos pasar por inadvertido el dilema que penetra profundamente el tejido moral de nuestra sociedad. ¿Acaso el indulto es un reconocimiento de la falibilidad de nuestro sistema judicial; un gesto de humanidad ante la rigidez de la ley; o un escape necesario frente a los errores irrevocables de la justicia? De las sentencias impuestas, y la integridad de los métodos para la búsqueda de la verdad, ¿es una segunda oportunidad; o se traduce en una injusticia hacia la víctima, cuyo sufrimiento parece relegado a un segundo plano?

Este debate genera una introspección profunda sobre los valores que elegimos defender y los sacrificios que estamos dispuestos a aceptar en nombre de la justicia. Mientras contemplamos el horizonte de posibilidades que se despliega ante nosotros con cada acto de indulgencia, debemos preguntarnos: ¿qué precio tiene la justicia y cuán pesada es la carga de la misericordia?

Profesor de Derecho Civil y Derecho Familiar de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional Autónoma de México