Redes Sociales Progresistas es una de las muchas organizaciones civiles que buscan registro como partido político ante el Instituto Nacional Electoral y que tienen hasta febrero del 2020 para completar sus asambleas constitutivas y afiliaciones. Fue una de las facciones que participaron en la coalición Juntos Haremos Historia para llevar a Andrés Manuel López Obrador a la presidencia de la República y fue muy conocida por su relación con la ex dirigente del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, Elba Esther Gordillo. La centralidad de la figura de “la maestra”, y la militancia de los integrantes de su organización, Maestros por México (alrededor de 20 mil docentes de educación pública en todo el país), marginó el esfuerzo de los empresarios y ciudadanos que participaban desde el inicio en el proyecto que mediáticamente iba dándose a conocer como “el partido de Elba Esther”.
Hace unas semanas hubo un pleito por la dirigencia de la organización. Elba Esther Gordillo habría buscado imponer en la dirigencia nacional de la misma a José Fernando Sánchez González, con quien tiene vínculos familiares, y desconocer al presidente Juan Iván Peña Neder. Mientras estos desaguisados en la cumbre se daban, el grupo de Peña Neder presumía fuerza en Morelos, donde luego de un intento de asamblea convocada por la ex diputada Erika González Gordillo y Maestros por México en que no se alcanzó el quórum, el grupo de Peña Neder logró el objetivo y el INE declaró la validez de la asamblea en la que, de paso, desconocieron a la maestra Elba Esther.
El cálculo en que basan el desconocimiento no sólo radica en la serie de presuntas ilegalidades en que incurrió el grupo de Elba Esther para hacerse (temporalmente ante el INE) del reconocimiento como dirigentes; también es un asunto político. Peña Nader advierte que en una encuesta encargada al Gabinete de Comunicación Estratégica, la figura de Elba Esther tuvo un rechazo superior al 80 por ciento; si a eso se suma que la asociación Maestros por México, de manufactura elbista tiene una membresía limitada, la lógica estaría del lado del grupo que decidió bajar a la maestra del proyecto.
Faltará aún ver la determinación del INE sobre a qué grupo reconocerá, y en automático, endosará las 13 de 20 asambleas fundacionales que ha realizado la organización que aspira a se partido de corte lopezobradorista (cualquier cosa que eso signifique), pero el regreso de la maestra a la política se complica cada vez más: no lo logró en el SNTE y tampoco parece tenerlas todas consigo en el proyecto de partido que asume suyo desde el momento en que, dicen, fue invitada.
El grupo de Peña Nader aún espera la respuesta del INE sobre el reconocimiento, nuevamente, de su presidencia en el organismo, lo que tendría que darse esta semana. Mientras, los elbistas en la organización mantienen actividad desmintiendo todo lo que hacen sus adversarios internos con un esquema similar al que se usaría en las lides sindicales del pasado.
Lo que extraña, en todo caso, es el enorme desaguisado que se ha formado en torno a la construcción de un partido político que aún no es. Preguntamos entonces a quienes son especialistas electorales y advirtieron lo común de la situación en organizaciones en formación siempre que se acerca el momento de su consolidación “no ocurre en todas, pero sí en muchas… pelean por el poder interno”, comentaron a quien esto escribe. Las razones de los pleitos tienen que ver básicamente con las facultades de cobro de prerrogativas y la posibilidad de asignación de candidaturas, facultades que suelen tener todas las dirigencias de partidos nuevos mediante métodos sumamente rudimentarios. Si esos son los orígenes de la disputa en RSP, está por verse, pero por lo pronto, la situación de la dirigencia podría provocar el aborto del proyecto que, por lo demás, lucía bastante adelantado en su consolidación.
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