En muchas ocasiones el presidente de la república ha dicho que su gobierno no es igual a los anteriores; que las historias de fraude electoral fraguado desde el gobierno son prácticas del pasado.
Sobre este asunto y para comprometer a las y los gobernadores a no interferir en el actual proceso electoral, AMLO ha llamado a celebrar un Pacto por la Democracia y de paso, les advirtió públicamente (en la gira del pasado fin de semana) a todos aquellos que no han respondido a su propuesta, que llevará a la cárcel a quienes cometan delitos electorales.
En este sentido, AMLO ha lanzado su advertencia y las condiciones para transitar en estas elecciones. Sin embargo, este mensaje parece estar dirigido únicamente a sus adversarios políticos y no a su propio partido ni aliados.
Recordemos las pasadas elecciones intermedias. En 2015, el gobierno de EPN buscó interferir en el proceso electoral entregando televisores gratuitamente a millones de familias mexicanas, con base en padrones de programas sociales y realizando entregas con funcionarios públicos vinculados directamente con el partido en el gobierno.
A pesar de todas las quejas y debates realizados, incluyendo a Morena, el INE no pudo impedir esta operación de carácter abiertamente política. Y al final, EPN intervino en las elecciones desde el gobierno federal con esta práctica.
En el actual proceso electoral 2020-2021, Morena ha comenzado a movilizar a sus brigadistas para acercarse a la ciudadanía e influir en su decisión de voto, señalando que serán apoyados con programas sociales y para recibir la vacuna contra el covid-19.
Ahora, igual que antes, el partido en el gobierno utiliza sus piezas para movilizarlas a su favor: programas sociales y vacunas, como antes fueron los televisores.
Igual que antes, el partido en el gobierno actúa para interferir en las elecciones aprovechando su posición institucional.
Estos hechos han sido identificados por el INE, cuya Comisión de Quejas y Denuncias ha comenzado una investigación por los indicios de un “uso clientelar y electorero” de los programas sociales y las vacunas. Muy probablemente esta operación política será negada por Morena y el mismo Presidente; sin embargo, los hechos son tan claros como los distintos videos que han circulado en redes sociales que dan cuenta de la forma de actuar de los brigadistas de Morena.
AMLO vuelve a contradecir sus propios dichos. Lamentablemente, no es la primera vez, ni serán los últimos ejemplos negativos.
La credibilidad presidencial se quedará entonces en el discurso, ya que al igual como en el pasado, el actual gobierno federal moviliza sus piezas para influir en el tablero electoral.
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