Las protestas que llevaron a cabo elementos de la Policía Federal (PF) para expresar su rechazo a formar parte de la Guardia Nacional (GN), si bien como señalamos aquí la semana pasada, detrás de dichos reclamos, se ha señalado, pudiera estar el expresidente Felipe Calderón, es importante observar con atención sus preocupaciones, como lo ha venido haciendo el titular de la SSPC, Arturo Durazo Montaño.
La urgente necesidad de echar a andar un mecanismo que diera respuesta a los reclamos de la población ha obligado a crear una institución con elementos pertenecientes a tres dependencias, diferentes en su formación, ideología y lealtad.
Hay quienes consideran que los estímulos e incentivos que se les entregaba a los elementos de la PF cuando salían de comisión se malversaban e, incluso, que había corrupción en su entrega. Es de reconocer, en última instancia, que la culpa de recibir dichos apoyos no es de ellos, y sí, que la prestación es una justa retribución por su trabajo.
Por lo que se refiere al personal castrense de la SEDENA y la SEMAR, éstos están claros que forman parte de instituciones históricas, pilares del Estado Mexicano, congruentes en su formación y disciplina, y por lo mismo son sabedores que están sujetos a las leyes y códigos del fuero militar.
Sin embargo, como integrante de la Comisión de la Defensa Nacional del Senado de República, he conocido que existe incertidumbre por parte del personal de estas dos instituciones por la aplicación de las políticas de austeridad del gobierno federal, amén de que, aseguran, por “exigencias del servicio" fueron integrados a la GN por “órdenes expresas de ambas secretarias”.
A parte de atender con diligencia estas observaciones, es importante que cada una de las 150 Coordinaciones Regionales donde se está estableciendo al personal de la GN, cuenten con instalaciones apropiadas para su alojamiento, alimentación, limpieza, esparcimiento, además de actividades administrativas de cada una de las unidades.
Otras medidas que es primordial tener en cuenta, son las relacionadas con sus familias, ya que prevén que podrían ser enviados a diferentes plazas a las que estaban asignados, lo que provocaría estar lejos de sus esposas e hijos; pues en caso de llevárselos a nuevos lugares de residencia, les significaría altos gastos económicos, porque de lo contario, podrían enfrentar problemas de desintegración familiar.
Hay preocupación también de que los incentivos económicos que venían recibiendo de parte de ambas dependencias militares les sea suprimido ya que con la entrada en vigor de la GN dejan de existir como cuerpo especial del ejército.
La GN responde a un reclamo de los mexicanos frente a la inseguridad que vive el país, pero es deseable que derivado de su responsabilidad no se atente contra sus derechos, estabilidad, economía y familia.
Sin embargo, derivado de las afectaciones antes descritas, existe la posibilidad de que se den bajas y/o retiros a que tienen derecho, pero toda vía más, se puedan dar deserciones, tal vez en porcentajes menores, pero al fin defecciones que ante la insuficiencia económica de sus salarios los lleve a cometer actos de corrupción en contra del país y de la ciudadanía.
Frente a esta preocupación considero importante, por la relevancia que para el país representa la GN, desde el Congreso, se cree un comité que revise las condiciones de vida que tendrá el personal que integre la GN y sus familias; se les den los apoyos necesarios para que puedan trasladar a sus parientes y tengan la garantía de que éstas se encuentren bien.
Además, no podemos pretender afrontar el grave problema de la inseguridad, aplicando políticas de austeridad a quienes queremos nos lo resuelvan, aunque tampoco se trata de proporcionar recursos en forma desmedida y sin control, pero sí asignarle los apoyos económicos de manera justa, que pueda satisfacer sus necesidades a fin de crear motivación, un sentimiento de orgullo y pertenecía a la nueva institución.
De esta forma se estará en condiciones de seleccionar y exigir al personal que la integre, cumpla con los requisitos para pertenecer a la GN, pero al mismo tiempo se puedan aplicar sanciones, como dar de baja a quienes no cumplan con sus responsabilidades legales.
La GN, quiérase o no, representa la gran esperanza de México, y por ello debemos actuar con inteligencia desde los tres poderes de la unión para que la GN no se convierta en blanco de la delincuencia organizada que siempre está ávida que personal capacitado, desde la milicia, forme parte de sus filas. Atendamos con inteligencia sus reclamos, sus preocupaciones.