De acuerdo con información revelada por Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP), el primer trimestre de 2019 ha sido el más violento en la historia del país; respecto al mismo periodo de 2018 se reportó un aumento del 8.9% en homicidios dolosos.
A decir de la dependencia, las entidades con más violencia siguen siendo Guanajuato (líder), Estado de México, Baja California, Jalisco, Chihuahua y la Ciudad de México.
La información revelada por una institución como el SNSP es muy preocupante, lo que deja ver, de alguna manera, la necesidad de que entre en acción la Guardia Nacional (GN). Muchos analistas, organizaciones de derechos humanos y grupos de la sociedad civil se opusieron a su aprobación porque consideran inconveniente que el ejército patrulle las calles.
La población reclama acabar con el grave problema de inseguridad que seguimos viviendo en el país. Según una encuesta realizada por Parametría, en diciembre de 2018, ocho de cada diez mexicanos están de acuerdo con la creación de la GN y consideran necesaria la presencia del ejército en las calles, pero además creen que “la policía está poco calificada, corrompida, y es insuficiente para combatir la violencia y la inseguridad”.
Los gobernadores del país, de todos los signos (Morena, PRI, PAN, PRD y MC), han coincidido en su mayoría que “la situación de inseguridad en México requiere una corporación integrada por militares”, por lo que han demandado la presencia de la GN en sus entidades.
Es entendible la duda que existe sobre el papel que jugará la GN, por ello en el Congreso aprobamos dos tipos de control a esta institución: El parlamentario y el Judicial. En el primero, el Ejecutivo Federal deberá de informar anualmente al Senado de la República sobre los resultados de la nueva corporación policial.
En el segundo, mandata que se deberá solicitar a la autoridad judicial la autorización para intervenir comunicaciones, es decir, deberá de cumplir mayores condiciones normativas; en tanto, la Ley Nacional Sobre el Uso de la Fuerza Pública tiene como objetivo acabar con los excesos policiales y la práctica de la tortura.
Además, los cuerpos policiales de la GN deberán respetar de manera estricta los derechos humanos de los ciudadanos, mientras que la Ley Nacional de Registro de Detenciones, tiene como propósito reconstruir los métodos y procesos para el registro de personas detenidas por la comisión de delitos, además de erradicar las detenciones ilegales y, particularmente, la desaparición forzada de personas.
En el Senado como en la Cámara de Diputados, aprobamos las cuatro leyes que regirán la GN, donde uno de sus propósitos es el de regresar a las tropas a sus cuarteles en un plazo de cinco años, que los militares que se incorporen lo hagan bajo el fuero civil; se regulariza el uso legítimo de la fuerza por primera vez en México y la obligación de estados y municipios para coordinarse con la federación mediante convenios que obligarán a la profesionalización de sus policías.
Un aspecto para destacar es el hecho de que las cuatro leyes de la GN han sido respaldadas prácticamente por unanimidad por todas y todos los legisladores tanto del Senado como de la Cámara de Diputados, lo que representa un valor de primera importancia porque se crea una institución con bases sólidas, cimientos constitucionales que dotan al Estado mexicano de diversos instrumentos jurídicos que le permitirán enfrentar, particularmente, al crimen organizado.
Al mismo tiempo la creación de la GN y la aprobación de las cuatro leyes podrá significar un gran paso no sólo para el país sino también para Morelos, donde lamentablemente debemos reconocer que hay una debilidad institucionalidad donde han repuntado de manera alarmante los delitos de alto impacto.
Por ello es necesario, como ha demandado el gobernador Cuauhtémoc Blanco, la presencia de la GN en Morelos porque lamentablemente el gobierno ha sido rebasado, amén de que la población demanda también llegue a la entidad, toda vez que otros esquemas de seguridad no han funcionado
En pocas palabras necesitamos otro tipo de institución para recuperar la paz, la tranquilidad que ansía México, por lo que la Guardia Nacional no sólo se ha convertido en la esperanza para acabar con la violencia, sino para alcanzar la pacificación del país.