Después de muchos años de espera, un 24 de octubre de 2004 se cumplió un sueño que se vía muy lejano: ver y escuchar a Ray Manzarek y Robby Krieger (acompañados de Ian Astbury) tocar la gran música de The Doors, una de las bandas de rock más emblemáticas de los años sesenta.
Se trató de un concierto inolvidable, dos horas y media de excelente música, el lugar fue en el gran Auditorio Nacional, recinto abarrotado para escuchar esa noche de buen rock. Hay que mencionar que The Doors estaba conformado por el genio de los teclados, el gran músico Ray Manzarek, así como el excelso guitarrista Robby Krieger, el aguerrido John Densmore en la batería, y por el mítico Jim Morrison, el gran Rey Largarto, este último fallecido el 3 de julio de 1971 en Francia.
Después de la muerte de Morrison, quien no solo era la figura y cantante del grupo, sino el principal compositor de la música de The Doors, la agrupación editó dos álbumes más: Other Voices y Full Circle; sin embargo, para 1973 se disolvió oficialmente. Cabe mencionar que a pesar de los años y las décadas, su música se seguía escuchando por las nuevas generaciones, y en gran parte gracias a la labor de Ray Manzarek como centinela del legado musical de la banda californiana, pues se seguía publicando material ya sea como discos de conciertos o de grandes éxitos, así como películas ya sea documentales o videoclips. En 1981, en la primera década sin Morrison se publicó el documental “Nadie sale vivo de aquí”, y en 1991, ya veinte años sin el gran Rey Lagarto, sale en cines la película hollywoodense de Oliver Stone titulada The Doors, donde la actuación de Val Kilmer como Jim Morrison es soberbia.
Para 1993, The Doors entra al Salón de la Fama del Rock and Rock, por lo que los miembros sobrevivientes acompañados del vocalista de Pearl Jam, Eddie Vedder, en la ceremonia tocan algunos de sus temas emblemáticos. Ya habían pasado casi 15 años desde la última vez que habían tocado juntos los tres integrantes de esta gran banda, pues en 1978 publicaron el álbum An American Prayer, que fue un proyecto vanguardista (mucho antes que The Beatles con “Free As A Bird” en el proyecto de la Antología) donde trabajaron con cintas de audio de Jim Morrison, creando así temas de ultratumba como “Ghost Song” y “The Severed Garden”.
En el año 2000, iniciando un nuevo milenio, The Doors lanza el disco The Best Of The Doors, donde mostraban a las nuevas generaciones que su música seguía vigente y sobretodo se escuchaba tan fresca como hace casi 30 años. También en ese año, Manzarek, Krieger y Densmore participan en el programa de VH1: Storytellers, donde varios músicos junto con Los Doors sobrevivientes interpretan algunas de sus canciones más exitosas. Es importante mencionar que a finales del 2001 se editó el disco Stone Inmaculate: The Music of The Doors, donde varios grupos de rock interpretan la música de Los Doors como una especie de homenaje, pero también encontramos piezas inéditas de Las Puertas como “Under Waterfall” y “The Movie Cosmic”.
Pero el gran momento estaba por llegar. En el año 2001, ya en el treinta aniversario luctuoso de Jim Morrison, The Doors anuncia su regreso a los escenarios, pero ahora acompañados con Ian Astbury, vocalista de The Cult, lo cual se daría mediante una gira por Europa y Estados Unidos. Todo pintaba sensacional para los fans de The Doors: tener la posibilidad de ver a una de las bandas de rock de las grandes ligas. Pero al final, no todo fue miel sobre hojuelas, pues resultó que John Densmore no pudo emprender el proyecto derivado a temas de salud. De tal manera que Manzarek y Krieger siguieron con lo planeado trayendo a otro gran percusionista, el ex baterista de The Police, Stewart Copeland. Esto molestó a Densmore, de tal manera que en 2002 demandó junto a los herederos de Jim Morrison, a los otros integrantes bajo el argumento de que no podían presentarse como The Doors por un acuerdo que hicieron con Morrison desde sus inicios, donde Los Doors eran los cuatro.
Ante este panorama, es como Ray Manzarek y Robby Krieger emprender su gira en 2003 bajo en nombre de The Doors Of The 21st Century (posteriormente lo cambiarían por Riders On The Storm, nuevamente por temas legales). Y es así como llega la música de The Doors a México después de más 35 años recordando que en 1969, la agrupación todavía con Jim Morrison tocaron en El Forum de la Ciudad de México.
Este gran concierto estuvo previsto para iniciar a las 7 de la noche, y en efecto, puntualmente se escuchó la introducción de Carmina Burana para anunciar: “¡Ladies and gentlemen, from Los Ángeles, California, The Doors Of The 21st Century!”, paso seguido el escenario se estremeció al escucharse las notas de la electrizante “Break On Through”, un excelente tema para iniciar una noche mágica, recordando que esta canción es ícono del rock psicodélico. Cabe agregar que Ian Astbury salió con cabello largo, lentes oscuros y con una actitud de haber sido poseído por el espíritu de Morrison, grande su actuación. Siguió como segundo tema “Love Me Two Times”, otro gran éxito de The Doors, siendo uno de los canciones preferidas de Jim. Posteriormente se dio paso a la sensacional “Not To Touch The Earth”, un tema catártico y que formaba parte de los conciertos de Los Doors cuando ejecutaban La Celebración del Lagarto, sin duda, una pieza sobresaliente en esa noche de octubre. Una vez terminada esta canción, Ray Manzarek agradeció al público y presentó a los músicos, donde obviamente se llevaron una gran ovación el tecladista y el guitarrista.
Continuando con el concierto y de forma inesperada se escucharon los acordes de guitarra de una de mis canciones favoritas, “Take It As It Comes”, tema destacable del primer álbum de The Doors, la psicodelia en su máximo esplendor. Siguieron “Twentieth Century Fox”, “Alabama Song” y “Back Door Man”, temas también del álbum debut de Los Doors, y que muestran esa versatilidad musical del grupo californiano, donde el binomio de las últimas dos canciones nos hicieron recordar una buena noche de concierto de ellos durante los años sesenta y setenta (escuchar terminar Alabama Song para que inmediatamente suene la poderosa introducción de guitarra de Back Door Man es extasiante). Para el siguiente tema, el maestro Manzarek habló algo sobre la situación belicosa que vivía el mundo en ese entonces, por lo que “Five To One” estaría dedicada a George Bush. Al final de esta canción Ian Astbury canta unas líneas de “Do It” (tema que viene en el cuarto trabajo discográfico de The Doors): “Please, please, listen to me, children. Please, please, listen to me, children. You are the ones who will rule the world”.
A continuación siguió la parte unplugged del concierto con “The Crystal Ship”, este gran tema que también lo encontramos en el álbum The Doors de 1967; y seguida de dicha canción se escuchó otra de mis favoritas, “People Are Strange”, que fue un éxito en la radio en 1967 y que se tocó inclusive en el Show de Ed Sullivan en septiembre de ese año; hay que resaltar que el solo del teclado de Ray fue sensacional, estremecedor. Se continuó con “Spanish Caravan” con una majestuosa introducción de guitarra, aquí se lució, claro está, Robby Krieger, dando fin a esta parte acústica del concierto.
Ahora era momento de otra clásica de rock mundial, “Roadhouse Blues”, este gran tema referente del disco de 1970 titulado Morrison Hotel. Quien escuche este gran blues, su alma se emocionará. Después siguió “The Changeling”, canción con la que se abre el álbum L.A. Woman, y que cuenta con un sonido acorde al inicio de la década de los años setenta con un solo de guitarra sensacional. Posteriormente se ejecutó la alucinante “When The Music´s Over”, pieza que era indispensable en los conciertos de Los Doors en los años sesenta, se trata de una canción de larga duración que caracterizó a la perfección el estilo de Morrison y compañía. Después de ello, era momento de deleitarse con el sonido rasposo de guitarra de “Wild Child”, compuesta por Jim Morrison para el disco The Soft Parade de 1969, y que plasmaba el estilo áspero y rockero de Jim Morrison.
En este concierto llevado a cabo en el Auditorio Nacional de la Ciudad de México, también se escuchó una canción muy inesperada, “No Me Moleste Mosquito”, composición de la era postmorrisiana (se encuentra en el disco Full Circle de 1972), sin embargo, con un sonido muy divertido; el concierto continuó con otra canción del disco Morrison Hotel, “Peace Frog”, cuya introducción de guitarra es magnífica mostrando la genialidad de Robert Alan Krieger.
Entramos a la parte final del concierto y ¡cómo no se iba escuchar el súper exitazo de “Touch Me”! Canción compuesta por Krieger pero interpretada hermosamente por Morrison, en donde podemos apreciar y deleitarnos de su sensual y versátil voz. Y casi para culminar se interpretó “L.A. Woman” donde la introducción de Robby Krieger fue fantástica, sensacional, maravillosa, y qué decir cuando se llega a la parte lenta de la canción para invocar poco a poco el espíritu de Mr. Mojo Risin (“This is for Jim!” exclamaba Astbury) hasta desatar la locura. Después de dicha canción los músicos se retiraron del escenario por un momento para volver y tocar el más grande éxito de Los Doors: “Light My Fire”. Dicho tema fue orgásmico y duró más de 17 minutos, sin duda, fue de las mejores versiones de “Enciende Mi Fuego” ya que el gran Ray Manzarek se lució que hasta se atrevió a tocar el teclado con el pie (casi al estilo de Little Richards y Jerry Lee Lewis), ¡qué gran momento! Sin duda, el haber visto a sobrevivientes de The Doors por primera vez fue algo increíble y hermoso que recordaré toda la vida.