Hace cuatro meses decíamos que entre las bombas de tiempo que le dejó Graco Luis Garrido Abreu al actual mandatario estatal, figura la ahora Fiscalía General de Justicia (FGJ), que supuestamente nació autónoma. Y decimos supuestamente porque entre los pendientes que quedaron para consolidar su autonomía faltó el aspecto financiero, que no se consolidó.
Y es que desde principios de año, en el mes de febrero; ya hace un año; cuando se promulgó la nueva Ley que dio origen a dicha fiscalía, en la constitución se le dotó de autonomía e independencia, incluida la financiera, y el nombramiento de Uriel Carmona Gándara, por nueve años al frente de la misma. Pero el mismo Graco Luis nunca le otorgó dicha autonomía financiera, sino que desde su creación o transformación el Gobierno del Estado se hizo cargo de la nómina de dicha dependencia autónoma.
Por ello decíamos que era un nuevo factor de riesgo que enfrentaría el Gobierno de Cuauhtémoc Blanco. Porque bien podría dejar de solventar el pago de la abultada nómina de la fiscalía, que además hoy tiene bajo su tutela cinco albergues que atienden a más de 200 personas, entre niños y niñas, jóvenes, adultos mayores y mujeres violentadas.
Es menester comentar también que la jugarreta hecha por la anterior legislatura, al aprobar la desaparición de algunos fideicomisos para reorientarlos a la mal llamada autonomía de la fiscalía, por un total de 406 millones de pesos, quedó solo en una burla. Y es que de esos recursos autorizados solamente se han depositado en las arcas de esa dependencia 5 millones de pesos, quedando pendientes 401 millones de pesos.
Pero ahora resulta que solamente se le otorgarán, en “abonos” 250 millones de pesos, de los casi 500 que originalmente quedaron pendientes. Y que aparentemente el resto sí ron liberados durante los últimos meses del gobierno graquista, pero nunca llegaron a la fiscalía que comanda Uriel Carmona Gándara.
Y ello puede derivar en una situación muy crítica para la fiscalía, porque el gobierno de Cuauhtémoc Blanco tiene la posibilidad de asfixiar financieramente a la FGJ. Con el propósito de que el fiscal asuma un papel protagónico y no defensor de los intereses del ex gobernador; es decir dejar de ser el tan reiterado mote de “fiscal carnal”; o bien promover reformas constitucionales o la ley orgánica para nombrar un nuevo fiscal en sustitución de Uriel Carmona.
Pero aquí el hecho podría ser aún más grave el de mantener a un fiscal a modo del Graco Ramírez, o bien ver qué pasará con los pasivos que dejaron a la Fiscalía General, puesto que dentro de los 500 millones de pesos, se tenía destinado erogarlos en ampliar las cámaras frigoríficas, ante la saturación que existe desde hace meses, tras el aumento de asesinatos violentos que se han registrado en las últimas horas y días en toda la entidad.
Y es que si bien también en la Semefo ya no se tiene espacio para mantener en refrigeración los cuerpos; los cuales ya yacen sobre el piso; el problema se torna más peligroso porque si se dejara de pagar a los trabajadores; como es latente el riesgo en este momento ante falta de presupuesto y los 500 millones que han quedado en el limbo; éstos podrían entrar en brazos caídos o huelga.
Y de producirse esta hipótesis simplemente no habría técnicos o preceptores forenses, es decir los únicos facultados por la ley para realizar el levantamiento de los cadáveres - hacerlo alguna otra persona significa cometer un delito-, estaríamos ante una grave crisis, no como la de la basura en las calles, sino de cadáveres, se puede imaginar esa barbarie usted amable lector?
Y reiteramos lo que comentamos hace cuatro meses: de los fideicomisos desaparecidos, ya sabrán en Gobierno que uno de ellos, el dedicado al turismo, era manejado como la caja chica de Mónica Reyes Fuchs, extitular de la Secretaría de Turismo, y en gran parte era para pagar los supuestos premios en materia turística que tenía el Estado de Morelos, es mera pregunta.
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