/ viernes 18 de octubre de 2024

El voto femenino y la transformación de las organizaciones

El día de ayer, tuvimos la oportunidad de recordar una fecha sumamente valiosa y que hoy, rinde un valioso fruto en la democracia mexicana, sin embargo, deseo iniciar esta columna evocando a Hermila Galindo, nacida en Durango y siendo una mujer política, escritora, maestra, oradora, periodista y activista feminista; quién fue la primera candidata que se postuló en 1918. Dicha promoción al cargo de diputada federal por el V distrito electoral del entonces Distrito Federal, le permitió generar bases y aunque en el proceso electoral, no fue beneficiada con el sufragio ciudadano, su iniciativa mostró a la opinión pública que las mujeres tenían una demanda legitima al derecho al voto y dejó un precedente, que para las generaciones venideras serían de luchas y logros muy importante.

De manera paralela, la reforma al artículo 34 constitucional, priorizada por el entonces presidente Lázaro Cárdenas, donde se solicitaba por primera vez el derecho a la mujer de votar y obtener cargos de elección popular, a pesar de ser aprobada tanto en la cámara alta como baja, no fue declarada oficialmente.

El decreto de ley que permitía las mujeres votar y ser votadas, se publicó hasta el Diario Oficial de la Federación, el 17 de octubre de 1953, y haciendo efectivo dicho derecho en los comicios de 1955.

La posibilidad real de qué las mujeres fueran electas y pudieran emitir su voto, ha cambiado en los últimos 71 años, con ello, el comportamiento de las organizaciones, sin duda se ha visto modificado de forma positiva a través de los movimientos feministas que persiguen este derecho.

La expectativa de contar con un liderazgo opuesto al sexo masculino dentro de la administración pública federal con mayor jerarquía a nivel nacional sugiere una transformación en todos los ámbitos y se percibe la esperanza de una verdadera evolución del servicio público en beneficio de los más necesitados como eje prioritario.

Y nuestro Estado no es la excepción, hay una gran esperanza porque rinda fruto la lucha de numerosas mujeres por exigir los derechos de igualdad a través de la senda democrática, la mejor manera de honrar a esas mujeres, es confiar en su valioso desempeño dentro de los cargos de elección popular.

Existe el buen ánimo de que nuestra gobernadora, honrará la lucha que hicieron posible que hoy, las mujeres morelenses tengan el acceso al sufragio, no olvidando a Hermila Galindo, la mujer escritora, maestra, pero sobretodo la activista que dio a Morelos su primera gobernadora, que dio a México su primera mujer presidenta. Un voto que está generando la transformación en las organizaciones.

Seguimos trabajando, ¡nos leemos pronto!

Correo electrónico fbonilla@uaem.mx

Facebook: @Felipe Bonilla Sánchez

Instagram: fb.sanchez

El día de ayer, tuvimos la oportunidad de recordar una fecha sumamente valiosa y que hoy, rinde un valioso fruto en la democracia mexicana, sin embargo, deseo iniciar esta columna evocando a Hermila Galindo, nacida en Durango y siendo una mujer política, escritora, maestra, oradora, periodista y activista feminista; quién fue la primera candidata que se postuló en 1918. Dicha promoción al cargo de diputada federal por el V distrito electoral del entonces Distrito Federal, le permitió generar bases y aunque en el proceso electoral, no fue beneficiada con el sufragio ciudadano, su iniciativa mostró a la opinión pública que las mujeres tenían una demanda legitima al derecho al voto y dejó un precedente, que para las generaciones venideras serían de luchas y logros muy importante.

De manera paralela, la reforma al artículo 34 constitucional, priorizada por el entonces presidente Lázaro Cárdenas, donde se solicitaba por primera vez el derecho a la mujer de votar y obtener cargos de elección popular, a pesar de ser aprobada tanto en la cámara alta como baja, no fue declarada oficialmente.

El decreto de ley que permitía las mujeres votar y ser votadas, se publicó hasta el Diario Oficial de la Federación, el 17 de octubre de 1953, y haciendo efectivo dicho derecho en los comicios de 1955.

La posibilidad real de qué las mujeres fueran electas y pudieran emitir su voto, ha cambiado en los últimos 71 años, con ello, el comportamiento de las organizaciones, sin duda se ha visto modificado de forma positiva a través de los movimientos feministas que persiguen este derecho.

La expectativa de contar con un liderazgo opuesto al sexo masculino dentro de la administración pública federal con mayor jerarquía a nivel nacional sugiere una transformación en todos los ámbitos y se percibe la esperanza de una verdadera evolución del servicio público en beneficio de los más necesitados como eje prioritario.

Y nuestro Estado no es la excepción, hay una gran esperanza porque rinda fruto la lucha de numerosas mujeres por exigir los derechos de igualdad a través de la senda democrática, la mejor manera de honrar a esas mujeres, es confiar en su valioso desempeño dentro de los cargos de elección popular.

Existe el buen ánimo de que nuestra gobernadora, honrará la lucha que hicieron posible que hoy, las mujeres morelenses tengan el acceso al sufragio, no olvidando a Hermila Galindo, la mujer escritora, maestra, pero sobretodo la activista que dio a Morelos su primera gobernadora, que dio a México su primera mujer presidenta. Un voto que está generando la transformación en las organizaciones.

Seguimos trabajando, ¡nos leemos pronto!

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