/ viernes 5 de julio de 2024

Intercambio académico y cultural en Argentina

Por Fernando Abrego Camarillo

Al iniciar un proyecto académico siempre deben considerarse múltiples factores que, a veces, pueden detener o, al mismo tiempo, detonar el proyecto. Es por eso que en estas líneas quiero resaltar la gran labor que las autoridades del Centro Universitario Humanista en Educación han tenido para concretar un proyecto tan ambicioso como complejo, pues nunca es sencillo llevar a la realidad una idea que tenga como principal objetivo el proyectar un centro educativo a nivel internacional. Imagine usted lo complejo de posicionarse a nivel local, bueno, pues ahora más al llevarlo tan lejos como la República Argentina.

Es por ello por lo que, en esta primera parte del recuento de los daños, luego del viaje realizado por una comitiva perteneciente a CUHE en donde participaron directivos, docentes y alumnos, es importante señalar que, a pesar de las complicaciones naturales de la programación de un viaje en cuestiones logísticas y operativas, se ha vuelto con la confianza de haber cumplido, pero también de querer más. Y es que luego de haber tenido la necesidad de cambiar la agenda para el viaje y de reprogramar las fechas para los encuentros con las universidades, el viaje se concretó de manera satisfactoria y les cuento el por qué en breve.

Primero, el equipo que viajó a tierras argentinas mostró un compromiso impresionante en la preparación del viaje porque fueron casi seis meses de preparación de presentaciones académicas en temas culturales, además de los incontables días que el equipo ensayó hasta el cansancio los bailables regionales mexicanos que se presentaron en Argentina. Esto habla de la gran unión y ganas de mostrar no solo lo que México representa a nivel cultural, sino lo que los alumnos tenían para mostrar.

Segundo, el hecho de que los alumnos de CUHE hayan sido en su mayoría profesores habla de una sincronía en la visión que se planteó desde la cabeza del proyecto, pues ha resultado mucho más fácil entender y encontrar los puntos a tratar durante el intercambio académico que si se hubiera hecho con gente que en su día a día no están acostumbrados a este tema.

Tercero, los viajes siempre cultivan el patriotismo, es decir, el hecho de ir representando un Centro Universitario de tal magnitud, sumado al sentimiento patriótico de todos los que viajamos al extranjero, nos hizo fortalecer los lazos mientras nos encontrábamos en tierras pamperas, por lo que la unión fraternal entre los viajantes motivó a tener mejores resultados.

Cuarto, como ya lo mencionaba en el punto dos, no solo la apropiación del proyecto de la rama magisterial fue por su coincidencia profesional, sino porque el hecho de representar el patriotismo, como se mencionó en el punto tres, hizo un “match” con lo que representamos en nuestro trabajo día a día los estudiantes y académicos (docentes en general) ya que es más fácil hablar de un tema que vivimos desde nuestra infancia a algo que solo conocemos desde los libros. De hecho, hablar de tradiciones, comida y cultura fue más sencillo que bailar, sin embargo, ¡tampoco es que bailar se nos complique a los profesores! ¿o no?

Entonces, en esta primera parte del análisis de lo vivido en Argentina, quiero centrarme en la cohesión humana de quienes plantearon el proyecto desde su concepción, hasta quienes le cristalizaron desde un rubro u otro; es más, quisiera incluir en este reconocimiento a quienes organizaron, gestaron e impulsaron a pesar de no haber viajado, pero que siempre estuvieron al pendiente.

Ahora, no solo se trata de reconocer el esfuerzo, sino de analizar en prospectiva los avances que se fueron teniendo en el desarrollo del mismo. Me refiero a que el clima, el horario, la comida, el dinero, el tipo de cambio, pero también el cansancio y la adaptación hicieron que cada uno de los integrantes de la comitiva de CUHE se comprometieran en mayor medida, pues todas aquellas situaciones que nos sacaron de la zona de confort, nos hicieron crecer como personas, justo uno de los pilares que tiene este Centro Universitario, el desarrollo humano de todos y cada uno de los involucrados en la Universidad.

Y seguramente estarán preguntándose ¿a qué hora sabremos qué hicieron por allá? Bueno, no me quiero adelantar, pero eso se tendrá en la siguiente entrega pues en esta es prioridad reconocer los esfuerzos sufridos en la gestión de un proyecto tan ambicioso que no solo se trató de romper paradigmas institucionales y personales, sino de concretar objetivos que muchas veces ni se tenían en mente a la hora de haber llegado a CUHE por primera vez. Sí, CUHE nos ha ayudado a abrir nuestro pensamiento más allá de nuestras fronteras, intelectuales, académicas y geográficas.

Esto es, este Centro Universitario nos ha ayudado a todos a abrir la mente para nuevos y próximos proyectos dentro y fuera de la escuela, a encontrarnos a nosotros mismos luego de todas las vicisitudes vividas durante más de una semana y a reencontrarnos con una identidad naciente de una universidad que lo único que busca es trascender.

¿Lo que se vivió? Ya te contaremos la próxima semana…

FERNANDO ABREGO CAMARILLO es Doctor en Ciencias Administrativas por el IPN. Profesor de telesecundaria en los SEIEM además de investigador y catedrático de tiempo completo en el IPN. Docente a nivel doctorado en CUHE, además de ser Asociado del COMEXI. Sígalo en @fabrecam

Por Fernando Abrego Camarillo

Al iniciar un proyecto académico siempre deben considerarse múltiples factores que, a veces, pueden detener o, al mismo tiempo, detonar el proyecto. Es por eso que en estas líneas quiero resaltar la gran labor que las autoridades del Centro Universitario Humanista en Educación han tenido para concretar un proyecto tan ambicioso como complejo, pues nunca es sencillo llevar a la realidad una idea que tenga como principal objetivo el proyectar un centro educativo a nivel internacional. Imagine usted lo complejo de posicionarse a nivel local, bueno, pues ahora más al llevarlo tan lejos como la República Argentina.

Es por ello por lo que, en esta primera parte del recuento de los daños, luego del viaje realizado por una comitiva perteneciente a CUHE en donde participaron directivos, docentes y alumnos, es importante señalar que, a pesar de las complicaciones naturales de la programación de un viaje en cuestiones logísticas y operativas, se ha vuelto con la confianza de haber cumplido, pero también de querer más. Y es que luego de haber tenido la necesidad de cambiar la agenda para el viaje y de reprogramar las fechas para los encuentros con las universidades, el viaje se concretó de manera satisfactoria y les cuento el por qué en breve.

Primero, el equipo que viajó a tierras argentinas mostró un compromiso impresionante en la preparación del viaje porque fueron casi seis meses de preparación de presentaciones académicas en temas culturales, además de los incontables días que el equipo ensayó hasta el cansancio los bailables regionales mexicanos que se presentaron en Argentina. Esto habla de la gran unión y ganas de mostrar no solo lo que México representa a nivel cultural, sino lo que los alumnos tenían para mostrar.

Segundo, el hecho de que los alumnos de CUHE hayan sido en su mayoría profesores habla de una sincronía en la visión que se planteó desde la cabeza del proyecto, pues ha resultado mucho más fácil entender y encontrar los puntos a tratar durante el intercambio académico que si se hubiera hecho con gente que en su día a día no están acostumbrados a este tema.

Tercero, los viajes siempre cultivan el patriotismo, es decir, el hecho de ir representando un Centro Universitario de tal magnitud, sumado al sentimiento patriótico de todos los que viajamos al extranjero, nos hizo fortalecer los lazos mientras nos encontrábamos en tierras pamperas, por lo que la unión fraternal entre los viajantes motivó a tener mejores resultados.

Cuarto, como ya lo mencionaba en el punto dos, no solo la apropiación del proyecto de la rama magisterial fue por su coincidencia profesional, sino porque el hecho de representar el patriotismo, como se mencionó en el punto tres, hizo un “match” con lo que representamos en nuestro trabajo día a día los estudiantes y académicos (docentes en general) ya que es más fácil hablar de un tema que vivimos desde nuestra infancia a algo que solo conocemos desde los libros. De hecho, hablar de tradiciones, comida y cultura fue más sencillo que bailar, sin embargo, ¡tampoco es que bailar se nos complique a los profesores! ¿o no?

Entonces, en esta primera parte del análisis de lo vivido en Argentina, quiero centrarme en la cohesión humana de quienes plantearon el proyecto desde su concepción, hasta quienes le cristalizaron desde un rubro u otro; es más, quisiera incluir en este reconocimiento a quienes organizaron, gestaron e impulsaron a pesar de no haber viajado, pero que siempre estuvieron al pendiente.

Ahora, no solo se trata de reconocer el esfuerzo, sino de analizar en prospectiva los avances que se fueron teniendo en el desarrollo del mismo. Me refiero a que el clima, el horario, la comida, el dinero, el tipo de cambio, pero también el cansancio y la adaptación hicieron que cada uno de los integrantes de la comitiva de CUHE se comprometieran en mayor medida, pues todas aquellas situaciones que nos sacaron de la zona de confort, nos hicieron crecer como personas, justo uno de los pilares que tiene este Centro Universitario, el desarrollo humano de todos y cada uno de los involucrados en la Universidad.

Y seguramente estarán preguntándose ¿a qué hora sabremos qué hicieron por allá? Bueno, no me quiero adelantar, pero eso se tendrá en la siguiente entrega pues en esta es prioridad reconocer los esfuerzos sufridos en la gestión de un proyecto tan ambicioso que no solo se trató de romper paradigmas institucionales y personales, sino de concretar objetivos que muchas veces ni se tenían en mente a la hora de haber llegado a CUHE por primera vez. Sí, CUHE nos ha ayudado a abrir nuestro pensamiento más allá de nuestras fronteras, intelectuales, académicas y geográficas.

Esto es, este Centro Universitario nos ha ayudado a todos a abrir la mente para nuevos y próximos proyectos dentro y fuera de la escuela, a encontrarnos a nosotros mismos luego de todas las vicisitudes vividas durante más de una semana y a reencontrarnos con una identidad naciente de una universidad que lo único que busca es trascender.

¿Lo que se vivió? Ya te contaremos la próxima semana…

FERNANDO ABREGO CAMARILLO es Doctor en Ciencias Administrativas por el IPN. Profesor de telesecundaria en los SEIEM además de investigador y catedrático de tiempo completo en el IPN. Docente a nivel doctorado en CUHE, además de ser Asociado del COMEXI. Sígalo en @fabrecam