La preocupante realidad actual demuestra que las elecciones de ningún modo obligan a los representantes y/o gobernantes a un buen desempeño, tampoco uno apegado a la voluntad popular; y es claro que la sociedad carece de los informes y elementos indispensables para hacer una evaluación gubernamental, y que, en el último de los casos, a los representantes poco importa la posibilidad e incluso amenaza de no volver a votar por ellos, mediante reelección o nuevo cargo público.
Adam Przeworski en torno al “mandato-representación”, nos dice que rara vez se cumple, toda vez que el nivel de las campañas electorales es muy bajo, carece de un carácter informativo en torno a los proyectos a emprender y su vinculación directa con los beneficios que teóricamente recibirá la sociedad.
La sociedad observa el margen amplio que, en las encuestas obtuvo Claudia Sheinbaum para acceder al relevo de AMLO quien, le construyó su futuro en la opinión pública un día después de la elección de 2021 para tener un margen de ventaja inevitable. Adán Augusto López no obstante su gasto espectacular terminó cuarto y Monreal quinto; los dos superados por el PT y Noroña. Fue para la ganadora una campaña de reloj para ajustarse al guión y, simplemente no moverse de su sitial privilegiado.
El estirar la liga para Marcelo Ebrard y su rompimiento (pactado o auténtico) no hizo una valoración correcta de la política y sus tiempos, no obstante su profesionalismo.
En los usos de la sucesión, comenzó con los personajes en primer lugar y, después las normas. Está en marcha el período de prevención (en la ley electoral) por el cual, los aspirantes no pueden moverse legalmente, sin tomar el riesgo de ser sancionados por las autoridades electorales. El próximo año (en febrero) será otro el escenario político para las aspirantes presidenciales y, el resto de los candidatos y, cabe preguntarse si el espectáculo que llamaron bastón de mando es para que Claudia sea quien tome las decisiones de las candidaturas lo mismo al congreso que a gobernadores y alcaldes y, si AMLO concederá en sólo acomodarse a su cierre sexenal y de sus obras, conservando su presencia y usos políticos y comunicativos hasta que en febrero del año próximo puedan desempeñarse abiertamente los aspirantes presidenciales. Por último, para Marcelo Ebrard el jalar la liga a los extremos expuestos, lo dejan sin márgenes para retomar espacio en Morena; con MC, si logra acceder, se enfrenta a un partido regional en conflicto, en que por lo menos 6 de cada 10 de sus miembros son opositores a Morena y, la consolidación de diseño en el FAM, lo dejan fuera de una alternativa en la política real.
Del Tintero: La Asociación Civil anunciada por Marcelo Ebrard implica para él un horizonte a construir a largo plazo.
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