Hace casi dos años y medio tronó el primer conflicto en el gobierno municipal del entonces alcalde de Cuernavaca, Cuauhtémoc Blanco Bravo, cuando anunciaba una de sus principales obras de inicio de gobierno. Y era precisamente el reencarpetamiento de algunas calles de la ciudad, producto de donaciones de empresarios, de los que no trascendieron sus nombres en un inicio.
Fue la regidora del mismo partido que lo había impulsado a la alcadía, Amelia Fernández, del Social Demócrata de Morelos (PSD), quien le solicitó al entonces alcalde que se “dé trámite” a la denuncia ciudadana que se había presentado en su contra y cuatro de sus colaboradores por realizar obras de reencarpetamiento con recursos de procedencia ilítica.
Desde el principio, el mismo alcalde, afirmó que esas obras eran donaciones. Sin embargo, a dos años siete meses, ha trascendido que dichas obras pretenden ser cobradas por un monto de casi 80 millones de pesos.
Ello derivó en que el alcalde electo, Francisco Antonio Villalobos Adán hubiera presentado denuncia de hechos contra quien resulte responsable por el probable daño al erario del Ayuntamiento de Cuernavaca.
Pero quiénes están detrás de este negocio? Esa es el meollo del asunto. Y es que si bien existen contratos de DONACIÓN, entonces cómo es que ahora se pretende cobrar senda sumas económicas. Ello cuando en un inicio el ex alcalde, y ahora titular del Poder Ejecutivo del Estado Libre y Soberano de Morelos, Cuauhtémoc Blanco se negó a pagar las mismas cantidades cuando se presentaron las primeras intenciones de hacer efectivo el cobro de dichos servicios de donación.
Pero ahora han regresado con mayor ímpetu para hacerlo efectivo, y todo apunta a que la actual administración se apresta a cubrir dichos adeudos. Pero por qué inicialmente el Gobierno capitalino se negó a pagar dichos contratos y fueron a juicio para impedirlo?
De esto nos lo podría explicar el ahora subsecretario de Gobierno, y entonces –en la administración municipal- director Jurídico del Ayuntamiento de Cuernavaca, José de Jesús Guízar. Y es que tuvo en sus manos el caso que bien se pudo ganar ante la justicia sin ningún problema. Ello con la exhibición de los contratos de donación que todos los regidores, en su momento, tuvieron en su poder, y que por ende en su oficina deberían haber existido. También tendría que ver en ese asunto el magistrado de la 4ta Sala del Tribunal de Justicia Administrativa, Joaquín Roque Cerezo.
Pero cuál es la empresa que está detrás del jugoso negocios? No hablan que se trata del Grupo Cosmos, a nombre de Damián Molina, uno de los empresarios que se catapultaron bajo el mato de la administración municipal, y luego estatal, de Sergio Estrada Cajigal Ramírez.
De tal suerte que si bien el mismo Cuauhtémoc Blanco se negó a pagar dichos contratos, ahora quién sí impulsa su pronto pago? Por qué José de Jesús Guízar, como consejero jurídico del Ayuntamiento de Cuernavaca, nunca entregó los contratos al juez? Que a la postre los ha llevado a perder dicho juicio.
También resulta sospechoso que los empresarios Mauricio y Alejandro Gordoa, de la empresa Cosmos de Morelos, pudieran haber intentado impulsar una candidatura para la presidencia municipal de Cuernavaca, con el objeto de que de llegar al poder les autorizara el pago del adeudo de las obras de donación al municipio de Cuernavaca.
Este asunto aún no concluye. Por el contrario, apenas inicia, a pesar de que se viene arrastrando desde marzo de 2016.
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