/ jueves 14 de noviembre de 2024

Días de soltar / Dosis de realidad política

Lo que hizo Morena en el Senado esta semana, reeligiendo a Rosario Piedra Ibarra en la CNDH es una prueba de que, en realidad, no están pensando en lo mejor para México, sino en lo mejor para su grupito de cuates. Parece que con la 4T no ha cambiado mucho, a comparación de lo que ellos llaman “la mafia del poder”. Solo cambiaron los nombres. También es una prueba evidente de que el control no lo tiene Claudia, sino Andrés. Peor aún, lo que pasó esta semana en el PAN es prueba de que tampoco tenemos una oposición seria.

Escribir estas líneas es una dura dosis de la realidad del país. Un país que se dejó caer en el populismo moderno que caracteriza al mundo. Desde Estados Unidos, pasando por Europa, Asia y por supuesto Latinoamérica, ésta es la tendencia. Ni en eso hemos sido originales. Probablemente lo más original de nuestra situación es la herencia de la Dictadura Perfecta, que ahora trata de copiar López Obrador, con sus toques personales, claro. Pero ya sabemos cual es el reto generacional en torno a la democracia, librar ese populismo moderno que está caracterizando el siglo. El tiempo dirá.

¿Cuáles son las características de ese populismo moderno? Tristemente las estamos viviendo en carne propia. Para empezar, un demagogo que sabe convencer a la gente con un discurso, la verdad, muy bueno: “Primero los pobres”. Envuelto en esa sabana de pureza que da el discurso, viene el segundo paso, una vez que se tiene el poder: el control de las instituciones: sirven para mis fines y entonces las aprovecho, o no sirven, y entonces las desaparezco. Ya con el control del vehículo, nos ponemos cómodos, acomodamos a los cuates y entonces viene lo bueno “disfrutar lo votado”, dirían sarcásticamente. Ah, y una oposición de chiste (si creen que AMLO no influyó en que Alito lidere al PRI, por ejemplo, están equivocados).

Me parece perfecto. La neta es que ese actuar conlleva un esfuerzo enorme. Andrés Manuel López Obrador se tardó varias décadas en construirlo, por supuesto que quiere aprovecharlo. Lo que no me parece bueno es que, más allá de cobrar un sueldo para vivir, se dejen llevar por la avaricia y entonces hagan lo que sea por mantener el control. Como ayer en el Senado. Adán Augusto, de manera violenta, obligó a los Senadores de MORENA a votar por una persona que ha demostrado no tener la capacidad e imparcialidad para estar en el puesto, y lo hizo porque Andrés lo pidió. Ya sea para darle un mensaje a Claudia, para mantener el control a pesar de Claudia, o por lo que sea. Pero ahí es donde se equivocó.

Ahora, en la oposición no cantan malas rancheras. El PAN hizo lo mismo. Impuso a un personaje, relacionado con una red político-criminal, como dirigente, parar cumplir acuerdos pactados en lo oscurito entre ellos y mantener sus pequeños nichos. Jorge Romero y el Clan Inmobiliario tienen una estructura pagada que elección tras elección les da espacios para cobrar, a pesar de que pierda su partido. Y su dosis de populismo “nice” es aprovecharse del nombre histórico de su partido que representa la oposición política para las clases medias y altas del país. Eso le hace mucho más fácil las cosas a la 4T. Del PRI de Alito, no hace falta decir nada. Pero hay una relación tóxica entre todos esos políticos de cualquier partido, su ansia por poder y los resultados en el país.

No tenemos una política educativa con futuro, el tema de la seguridad y la corrupción no parece se vaya a resolver este siglo y la economía depende de puros factores externos, porque los internos no hacen mucho para fortalecerla. Giramos alrededor de estructuras políticas pagadas con los recursos que deberían destinarse a esas políticas públicas para mejorar al país, creándole a la población malos hábitos políticos, aquel “y que me vas a dar por votar por ti” que funciona solo para mantener el sistema. Un circulo vicioso de aquellos que describieron Acemoğlu y Robinson para ganar el premio Nobel.

En fin, así las cosas y no hay de otra que asumirlo. Que las cosas funcionen de esta manera no quiere decir que no puedan cambiar. El reto es enorme, difícil y tardado, pero quienes no queremos ser cómplices, no tenemos de otra. Si hay futuro en este país, pero no lo van a construir ni el PAN, ni MORENA, ni el PRI, ni el VERDE, ni el PT, ni la CNDH (al parecer). Acuérdense, si huele feo, sabe feo y se ve feo, esta feo. Aquel amigo tuyo que justifique a un político corrupto es parte del problema. Seguimos esperando que Margarita meta a los corruptos del sexenio pasado a la cárcel, a ver si no se queda otra vez en meras intenciones.

Lo que hizo Morena en el Senado esta semana, reeligiendo a Rosario Piedra Ibarra en la CNDH es una prueba de que, en realidad, no están pensando en lo mejor para México, sino en lo mejor para su grupito de cuates. Parece que con la 4T no ha cambiado mucho, a comparación de lo que ellos llaman “la mafia del poder”. Solo cambiaron los nombres. También es una prueba evidente de que el control no lo tiene Claudia, sino Andrés. Peor aún, lo que pasó esta semana en el PAN es prueba de que tampoco tenemos una oposición seria.

Escribir estas líneas es una dura dosis de la realidad del país. Un país que se dejó caer en el populismo moderno que caracteriza al mundo. Desde Estados Unidos, pasando por Europa, Asia y por supuesto Latinoamérica, ésta es la tendencia. Ni en eso hemos sido originales. Probablemente lo más original de nuestra situación es la herencia de la Dictadura Perfecta, que ahora trata de copiar López Obrador, con sus toques personales, claro. Pero ya sabemos cual es el reto generacional en torno a la democracia, librar ese populismo moderno que está caracterizando el siglo. El tiempo dirá.

¿Cuáles son las características de ese populismo moderno? Tristemente las estamos viviendo en carne propia. Para empezar, un demagogo que sabe convencer a la gente con un discurso, la verdad, muy bueno: “Primero los pobres”. Envuelto en esa sabana de pureza que da el discurso, viene el segundo paso, una vez que se tiene el poder: el control de las instituciones: sirven para mis fines y entonces las aprovecho, o no sirven, y entonces las desaparezco. Ya con el control del vehículo, nos ponemos cómodos, acomodamos a los cuates y entonces viene lo bueno “disfrutar lo votado”, dirían sarcásticamente. Ah, y una oposición de chiste (si creen que AMLO no influyó en que Alito lidere al PRI, por ejemplo, están equivocados).

Me parece perfecto. La neta es que ese actuar conlleva un esfuerzo enorme. Andrés Manuel López Obrador se tardó varias décadas en construirlo, por supuesto que quiere aprovecharlo. Lo que no me parece bueno es que, más allá de cobrar un sueldo para vivir, se dejen llevar por la avaricia y entonces hagan lo que sea por mantener el control. Como ayer en el Senado. Adán Augusto, de manera violenta, obligó a los Senadores de MORENA a votar por una persona que ha demostrado no tener la capacidad e imparcialidad para estar en el puesto, y lo hizo porque Andrés lo pidió. Ya sea para darle un mensaje a Claudia, para mantener el control a pesar de Claudia, o por lo que sea. Pero ahí es donde se equivocó.

Ahora, en la oposición no cantan malas rancheras. El PAN hizo lo mismo. Impuso a un personaje, relacionado con una red político-criminal, como dirigente, parar cumplir acuerdos pactados en lo oscurito entre ellos y mantener sus pequeños nichos. Jorge Romero y el Clan Inmobiliario tienen una estructura pagada que elección tras elección les da espacios para cobrar, a pesar de que pierda su partido. Y su dosis de populismo “nice” es aprovecharse del nombre histórico de su partido que representa la oposición política para las clases medias y altas del país. Eso le hace mucho más fácil las cosas a la 4T. Del PRI de Alito, no hace falta decir nada. Pero hay una relación tóxica entre todos esos políticos de cualquier partido, su ansia por poder y los resultados en el país.

No tenemos una política educativa con futuro, el tema de la seguridad y la corrupción no parece se vaya a resolver este siglo y la economía depende de puros factores externos, porque los internos no hacen mucho para fortalecerla. Giramos alrededor de estructuras políticas pagadas con los recursos que deberían destinarse a esas políticas públicas para mejorar al país, creándole a la población malos hábitos políticos, aquel “y que me vas a dar por votar por ti” que funciona solo para mantener el sistema. Un circulo vicioso de aquellos que describieron Acemoğlu y Robinson para ganar el premio Nobel.

En fin, así las cosas y no hay de otra que asumirlo. Que las cosas funcionen de esta manera no quiere decir que no puedan cambiar. El reto es enorme, difícil y tardado, pero quienes no queremos ser cómplices, no tenemos de otra. Si hay futuro en este país, pero no lo van a construir ni el PAN, ni MORENA, ni el PRI, ni el VERDE, ni el PT, ni la CNDH (al parecer). Acuérdense, si huele feo, sabe feo y se ve feo, esta feo. Aquel amigo tuyo que justifique a un político corrupto es parte del problema. Seguimos esperando que Margarita meta a los corruptos del sexenio pasado a la cárcel, a ver si no se queda otra vez en meras intenciones.