/ jueves 19 de septiembre de 2024

Días de Soltar / Balance del sexenio de Cuau

Se está muriendo un sexenio, y nace el que sigue. El 1ero de octubre cambia la administración del Poder Ejecutivo. En lo personal, estoy intrigado por ver cómo enfrenta el nuevo gobierno muchos de los retos que presenta Morelos en el corto y mediano plazo. Pero antes de irnos a ver qué van a hacer los que llegan, hacemos un recuento de los logros y pendientes más importantes que deja el sexenio que termina, el del ídolo de varios y ahora diputado local (pa’ que no lo metan al bote) Cuauhtémoc Blanco.

Logros

Ninguno. Si alguien tiene algo que celebrarle a la administración saliente, que no cosas como amasar grandes fortunas o lograr fuero constitucional, por favor comuníquenoslo.

Pendientes

En materia de pendientes, tenemos todos los que había en el 2018 y más. Un sexenio que pasará a la historia como un retroceso en la vida del estado. En el mejor de los casos, las cosas se quedaron en stand by desde que se fueron los amarillos, pero la realidad es que el tiempo no perdona y se perdieron oportunidades para una generación.

Transparencia y combate a la corrupción. - Si me preguntan a mí, este es el pendiente más importante que tenemos no solo en Morelos, sino en todo México. De nada nos sirve tenerle confianza el día de las elecciones a los candidatos, si durante 3 o 6 años los vamos a dejar completamente solos y a obscuras en el manejo del gobierno y sus recursos. Empiezan a desenterrarse historias de terror para las contralorías, como esa de la Oficina de Representación del Gobierno Estatal en la CDMX, que costó 9 millones durante los 6 años, pero permaneció cerrada todo ese tiempo. Igual y la cantidad no es espeluznante, pero si el nombre de su titular: nada más y nada menos que la expareja de Ulises, el hermano de Cuau. Me da gusto que ella y la bendición su Bendición hayan tenido para ir al súper todo este tiempo, pero muchos otros morelenses se quedaron sin comer porque el gobierno no hace su chamba principal: procurar el bien común.

Obra Pública. En 6 años no se construyó nada relevante. Ni un museo, un hospital, una escuela o una carretera. Esos generalmente son los trofeos de los gobernadores que sirven como ancla para recordar su trabajo. Mínimo para tapar el sol con un dedo ¿Qué tan ocupado habrá estado el Cuau que se le olvidó hacer siquiera un estadio de futbol? Mientras tanto, Morelos enfrenta graves carencias en todo su territorio, como un sistema de agua y saneamiento moderno para que todos puedan acceder al líquido. Tenemos, por ejemplo, espacios culturales importantes, como la iglesia de Tlayacapan, que sigue cerrada desde el terremoto de 2017 porque no se ha remodelado. Con que hubieran escogido un proyecto como ese y puesto los recursos ahí en vez de en sus bolsas hubiera sido suficiente para justificar la diputación federal del Cuau.

Inseguridad. La palabra es autoexplicativa. Si bien el problema es nacional, la realidad es que nuestro estado fue uno de los principales aportantes a la cifra negativa. Jamás hubo un sentimiento de que se estuviera trabajando de alguna manera la seguridad en Morelos, ya ni hablemos de coordinación. Peor aún, Cuauhtémoc protagonizó uno de los hechos más graves, al salir en las portadas de periódicos nacionales en una foto con dos liderazgos locales del narcotráfico. ¿Qué mas tenemos que decir al respecto?

Desarrollo. Económico, sustentable, urbano, del que me digas. Eso de procurar la mejor calidad de vida posible para su población, quedó en el discurso. La Secretaría de Economía o la de Desarrollo Sustentable fueron dos oficinas burócratas cuyos titulares pasaron a calentar la silla nada más. Mientras tanto, cada se perdieron enormes cantidades de flora y fauna por los incendios e inundaciones que si bien no eran predecibles, los daños que hicieron sí. Por la parte social, más allá de los programas sociales federales, no hubo absolutamente ningún trabajo local que nos haga pensar esas entregas directas de dinero tienen más fines que los del clientelismo electoral.

Placas. Yo sé que dicen que ya llegaron, pero la falta de placas y la mala administración de la Secretaría de Movilidad y Transporte es uno de los hechos más representativos de todo lo que pasó este sexenio. La falta de transparencia alrededor de esa secretaría es evidente hasta el día de hoy. Si la Secretaría de final del sexenio de Graco planteo al menos un proyecto como el Morebús, la que ahora sale no fue ni para imaginarse una ciplopista. Sin embargo, su titular se volvió un peso pesado local, con mucho recurso para usar, una precandidatura a la gubernatura y una senaduría de premio de consolación. Nadie tiene duda de a donde se fue el dinero de las placas.

A pesar de estos resultados. El partido de Cuauhtémoc arrasó en las urnas y le dio otros seis años al proyecto de la 4T en Morelos. Sin lugar a duda, Margarita la tiene fácil. Solo tiene que presentarse a trabajar en las mañanas y ya está haciendo más de lo que hizo el Cuau.

Se está muriendo un sexenio, y nace el que sigue. El 1ero de octubre cambia la administración del Poder Ejecutivo. En lo personal, estoy intrigado por ver cómo enfrenta el nuevo gobierno muchos de los retos que presenta Morelos en el corto y mediano plazo. Pero antes de irnos a ver qué van a hacer los que llegan, hacemos un recuento de los logros y pendientes más importantes que deja el sexenio que termina, el del ídolo de varios y ahora diputado local (pa’ que no lo metan al bote) Cuauhtémoc Blanco.

Logros

Ninguno. Si alguien tiene algo que celebrarle a la administración saliente, que no cosas como amasar grandes fortunas o lograr fuero constitucional, por favor comuníquenoslo.

Pendientes

En materia de pendientes, tenemos todos los que había en el 2018 y más. Un sexenio que pasará a la historia como un retroceso en la vida del estado. En el mejor de los casos, las cosas se quedaron en stand by desde que se fueron los amarillos, pero la realidad es que el tiempo no perdona y se perdieron oportunidades para una generación.

Transparencia y combate a la corrupción. - Si me preguntan a mí, este es el pendiente más importante que tenemos no solo en Morelos, sino en todo México. De nada nos sirve tenerle confianza el día de las elecciones a los candidatos, si durante 3 o 6 años los vamos a dejar completamente solos y a obscuras en el manejo del gobierno y sus recursos. Empiezan a desenterrarse historias de terror para las contralorías, como esa de la Oficina de Representación del Gobierno Estatal en la CDMX, que costó 9 millones durante los 6 años, pero permaneció cerrada todo ese tiempo. Igual y la cantidad no es espeluznante, pero si el nombre de su titular: nada más y nada menos que la expareja de Ulises, el hermano de Cuau. Me da gusto que ella y la bendición su Bendición hayan tenido para ir al súper todo este tiempo, pero muchos otros morelenses se quedaron sin comer porque el gobierno no hace su chamba principal: procurar el bien común.

Obra Pública. En 6 años no se construyó nada relevante. Ni un museo, un hospital, una escuela o una carretera. Esos generalmente son los trofeos de los gobernadores que sirven como ancla para recordar su trabajo. Mínimo para tapar el sol con un dedo ¿Qué tan ocupado habrá estado el Cuau que se le olvidó hacer siquiera un estadio de futbol? Mientras tanto, Morelos enfrenta graves carencias en todo su territorio, como un sistema de agua y saneamiento moderno para que todos puedan acceder al líquido. Tenemos, por ejemplo, espacios culturales importantes, como la iglesia de Tlayacapan, que sigue cerrada desde el terremoto de 2017 porque no se ha remodelado. Con que hubieran escogido un proyecto como ese y puesto los recursos ahí en vez de en sus bolsas hubiera sido suficiente para justificar la diputación federal del Cuau.

Inseguridad. La palabra es autoexplicativa. Si bien el problema es nacional, la realidad es que nuestro estado fue uno de los principales aportantes a la cifra negativa. Jamás hubo un sentimiento de que se estuviera trabajando de alguna manera la seguridad en Morelos, ya ni hablemos de coordinación. Peor aún, Cuauhtémoc protagonizó uno de los hechos más graves, al salir en las portadas de periódicos nacionales en una foto con dos liderazgos locales del narcotráfico. ¿Qué mas tenemos que decir al respecto?

Desarrollo. Económico, sustentable, urbano, del que me digas. Eso de procurar la mejor calidad de vida posible para su población, quedó en el discurso. La Secretaría de Economía o la de Desarrollo Sustentable fueron dos oficinas burócratas cuyos titulares pasaron a calentar la silla nada más. Mientras tanto, cada se perdieron enormes cantidades de flora y fauna por los incendios e inundaciones que si bien no eran predecibles, los daños que hicieron sí. Por la parte social, más allá de los programas sociales federales, no hubo absolutamente ningún trabajo local que nos haga pensar esas entregas directas de dinero tienen más fines que los del clientelismo electoral.

Placas. Yo sé que dicen que ya llegaron, pero la falta de placas y la mala administración de la Secretaría de Movilidad y Transporte es uno de los hechos más representativos de todo lo que pasó este sexenio. La falta de transparencia alrededor de esa secretaría es evidente hasta el día de hoy. Si la Secretaría de final del sexenio de Graco planteo al menos un proyecto como el Morebús, la que ahora sale no fue ni para imaginarse una ciplopista. Sin embargo, su titular se volvió un peso pesado local, con mucho recurso para usar, una precandidatura a la gubernatura y una senaduría de premio de consolación. Nadie tiene duda de a donde se fue el dinero de las placas.

A pesar de estos resultados. El partido de Cuauhtémoc arrasó en las urnas y le dio otros seis años al proyecto de la 4T en Morelos. Sin lugar a duda, Margarita la tiene fácil. Solo tiene que presentarse a trabajar en las mañanas y ya está haciendo más de lo que hizo el Cuau.