Probablemente por no afirmarlo categóricamente, pocas personas, instituciones, empresas, tenían la convicción de que el bautizado como “Plan C” de Andrés Manuel era una utopía, en el mejor de los casos un objetivo inalcanzable.
Él propuso una iniciativa; el pueblo, nosotros, los que formamos parte del movimiento institucional de la izquierda en México, tuvimos la confianza y así acudimos con familia, con amigos, con los vecinos, a sufragar en favor de la reforma al Poder Judicial Federal; ante 36 millones de mexicanos que votamos para que ese proyecto sea una realidad, hoy es importante llamar la atención de quienes me hacen el honor de leer estas líneas, de que un hombre, Andrés Manuel, propuso la iniciativa; pero 36 millones la respaldamos y somos los responsables de que se haga una realidad.
La mayoría calificada con los Diputados Federales y uno o dos votos para lograr la Cámara de Senadores, es una hipótesis, en el segundo caso de mero trámite; en otras palabras, hay mayorías calificadas para reformar la Constitución, y en este caso el Poder Judicial Federal.
Nuestra propuesta
Aunado a lo expresado por diferentes sectores y desde la intelectualidad de un Licenciado en Derecho, egresado de la Universidad Interamericana de Morelos, proponemos y estamos convencidos que en primer lugar hay que señalar requisitos para los que aspiran a ser Jueces de Distrito, Magistrados y en su caso Ministros. Desde nuestra óptica, lo primero son los requisitos; voy a empezar de la categoría más elevada en la reforma; para ser Ministros de la Suprema Corte, deberán exigirse entre otros, el grado máximo que otorgan las universidades bien acreditadas y de gran prestigio de México, que es el de Doctorado. Exámenes de oposición, con jurados neutrales que califiquen exámenes de conocimientos, trabajo de investigación y también a estos Magistrados, poner como requisito, antes de ser electos o ser votados, el grado de Doctor en Derecho; y para los Jueces de Distrito será suficiente con que tengan el título de Licenciado en Derecho, la cédula respectiva, y en los tres casos demostrar que tienen los conocimientos en Derecho Civil, Penal, Familiar, Agrario, Constitucional y todas las ramas jurídicas en que se dividen las dos Salas; aquí sería un jurado que los examinara en exámenes públicos, con respuestas acertadas y calificar. En los tres supuestos, Jueces, Magistrados y Ministros, propondríamos que a cada uno se le entregara un expediente, que tuviera las hipótesis para resolver diferentes clases de conflictos, y la aplicación de las normas de leyes sustantivas, adjetivas, constitucionales y todo lo que ésto implica.
Voto popular
Una vez satisfechos los requisitos de quienes aspiran a estas tres posiciones, se podría señalar a esas personas, para que sometidas al Instituto Nacional Electoral, que sería la autoridad para hacer esas elecciones, para que los que hayan cumplido esos requisitos compitan entre sí, recorran el país, hagan sus propuestas y solemnemente se celebren estas elecciones, en diferentes ambientes, porque además no debemos olvidar que este modelo también tendrá que ser llevado a los Estados para escoger a los integrantes del Poder Judicial Local.
Duración
El tiempo que un Ministro, un Juez de Distrito, un Magistrado, debe durar, será determinado en los requisitos, para que no sean cargos para eternizarse, y además, desde nuestra perspectiva, es muy importante que si bien aprueban los requisitos y son electos, cada dos años se sometan a una certificación, de que están al día en los conocimientos, en las reformas, en las materias en las que se presume son expertos.
Conclusiones
Primera: Se trata de conocimientos específicos del Derecho, técnicas de investigación, capacidad para entender, asimilar y resolver con premisas jurídicas y sentencias congruentes los problemas que le sean sometidos.
Segunda: Antes de dar el paso a la apertura del voto electoral, fijar los requisitos para que, por ejemplo, los que quieren ser Presidentes de la República o Senadores, deben de tener una edad determinada; ciertos requisitos, esto se llevarían a lo que estamos proponiendo.
Tercera: La posibilidad de que el concurso y las propuestas de otros sectores, de otras universidades, de los propios Ministros y los que han participado ya en el Poder Judicial Federal y los foros, sobre todo en el primero que se realizó en San Lázaro, ya hay diferentes propuestas y alternativas, que sumadas a la nuestra, podrían dar resultados importantes.
Cuarta: Lo que se busca es garantizar que no haya corrupción, que tengan sueldos decorosos, como decía Juárez, vivir en la dignidad de la austeridad republicana.
Licenciado en Derecho. Politólogo Autodidacta. jhernandez366@hotmail.com
