/ lunes 14 de octubre de 2024

Democracia mexicana / ¡La ley ordena; no discute!

Siendo la Constitución de los Estados Unidos Mexicanos el cuerpo de leyes y disposiciones fundamentales que rigen la vida política, jurídica, legislativa en el país, se convierte en la ley suprema; es decir la Constitución, en el caso específico de la crisis actual del país, en cuanto a la reforma judicial, se tiene que respetar porque hay un proceso legislativo; fueron satisfechos los requisitos de la iniciativa de ley, se votaron y se calificaron con los números de Diputados federales y Senadores, que le pudieran dar a esas normas el valor de quienes se constituyeron en el poder, el elemento constituyente para modificar la Carta Magna.

Debe quedar bien entendido que las normas constitucionales, unas derogadas; y otras abrogadas, perdieron su validez total o parcial en cuanto a lo que ordena la Constitución; al respecto, pretender emitir resoluciones federales que detengan lo que ordena la nueva reforma, en cuanto a la forma y el fondo de elegir a los miembros del Poder Judicial Federal, es un absurdo porque ya no está vigente la norma que se está invocando; hoy, en el año 2024, en el siglo XXI, el poder constituyente reformó, modificó, adicionó y puso al día los preceptos constitucionales, para que en México sea una realidad, que para empezar el Poder Judicial Federal sea electo, y de esto se tendrá que encargar el Instituto Nacional Electoral con los procedimientos que la ley ordena, y ante las dudas y conflictos, recurrir, no estar conforme y en consecuencia irse al Tribunal Federal Electoral de la Federación, para que ésta como émulo de la Suprema Corte en materia electoral diga la última palabra.

Insistir, reiterar, persistir, intentar ir contra el texto expreso de la reforma constitucional en cuanto a la reforma judicial es un absurdo; es ignorancia; es dolo; es mala fe, porque finalmente y en esto hay que ser muy claros; de los millones de votantes que estuvieron a favor de la reforma, 36 dijeron: queremos la reforma; pero aquí hay que agregar algo que es muy importante para las minorías, la señora Xóchitl recibió 16 millones de votos, esto significa que hay 16 millones de mexicanos que no están de acuerdo con la reforma; que no les parece; es muy su derecho no aceptarla; pero vivimos en un régimen de Derecho, vivimos en un país de leyes, y entonces si no quieren los métodos de sufragio efectivo para escoger a los miembros del Poder Judicial Federal, ¿qué hay que hacer? En las próximas elecciones plantear metafóricamente el Plan D, que la gente vote y digan “eso no lo queremos” queremos que nuevamente todo el Poder Judicial o los Ministros sean electos o sean designados por el Presidente; pero mientras eso no llegue, tenemos que aceptar esta realidad, con ese nuevo sistema se eligió a una mujer como Presidenta de la República; en la misma forma se cambiaron los 500 Diputados, de los cuales 300 son por sufragio efectivo, y 200 plurinominales, que ni representan ningún Estado, que son canonjías y que fundamentalmente han servido para enriquecer a los presidentes o dueños de los partidos; pero así es México y eso queríamos; volteando hacia el Senado, todas las personas saben que el número de Senadores constitucional no es 128 sino 64, porque son dos por cada Estado de la república, pero dijeron: “queremos los que tenemos poco, también queremos ser Senadores” y entonces a alguien se les ocurrió y dijeron: “ Ah, pongan a otros 64” -pero eso no son de los Estados- “van a ser primera minoría, segunda mayoría” y los números que inventaron desde la época de Reyes Heroles y otros matemáticos; en consecuencia tenemos una Cámara de Senadores de 128, que nada más debería haber 64, y la de Diputados que debería tener 300 y tiene 500; pero les voy a dar otra de mis reflexiones; todos los presidentes de los partidos son multimillonarios; la operación matemática de que a cada partido de nuestros impuestos les dan la cantidad que resulte de multiplicar el número de votos que hayan tenido, por ejemplo en la elección del 2024, se multiplica por la cantidad que cueste, de acuerdo a los medios de comunicación, llevar a votar a una persona, un ejemplo, si para llevar a una persona hay que gastar cien pesos por cada persona y el partido tuvo 10 millones de votantes, entonces multiplican 10 millones por cien, entonces es el dineral que les dan para la próxima elección y todos felices.

Termino reiterando que la ley ordena no discute, y en este momento las reformas a la Constitución van y dicen Jueces Federales de Distrito, Unitarios, Magistrados, Ministros, deben ser electos en una votación de todo el pueblo de México; pero además viene lo otro, los 32 Estados de la República, sus poderes Legislativo y Judicial van a tener que ser electos en la misma forma; entonces el límite es la imaginación, ¿cuántos papeles, boletas, dinero, funcionarios se van a necesitar? Aquí les dejo esta tarea y espero que compartan conmigo estas reflexiones y nos leemos la próxima semana.

Licenciado en Derecho. Politólogo Autodidacta. jhernandez366@hotmail.com