Eran los primeros meses de 2017, un amigo de aquel entonces me ayudó a conocer a Miguel Ángel de Alba, en ese momento director de El Sol de Cuernavaca.
Él me citó en las instalaciones del diario, lugar donde tuvimos una plática muy amena para conocernos y sobre todo, expresarle mi interés de publicar semanalmente.
A Miguel Ángel le reconozco su experiencia y el apoyo que me dio para sortear las dificultades de las primeras publicaciones. El 99 por ciento de nuestra comunicación fue en línea. Con él aprendí a trabajar de manera impersonal, lo que ahora es algo más común.
Tiempo después, los proyectos personales de Miguel Ángel permitieron que Daniel Martínez asumiera la dirección del diario. A Daniel sólo lo conocía por sus publicaciones en El Sol… Afortunadamente, tuve la oportunidad de entrevistarme con él personalmente en esa misma oficina de la dirección, a la que tienes que subir por unas escaleras estrechas que terminan en una puerta de madera, de aquella casona antigua de Cuernavaca.
A Daniel Martínez también le agradezco sus atenciones y el apoyo que me brindó siempre que se lo solicité.
Aún conservo mi primera publicación impresa; recuerdo gratamente cuando algunos de mis lectores me enviaban notas y comentaban lo que leían. Conservo con nostalgia esa sensación de mirar en el puesto de periódicos mi nombre y fotografía los días de mi publicación. Elegí los jueves y durante estos 4 años, publiqué semanalmente casi de forma ininterrumpida.
Agradezco al diario la oportunidad y la confianza que me dio. Sin ser periodista profesional, esta experiencia me permitió ponerme en sus zapatos y aprender de quienes sí lo son. Su labor es sumamente relevante para la vida democrática de la sociedad.
Durante todo este tiempo busqué desarrollar un estilo personal y publicar temas de interés en las materias donde tengo alguna experiencia o formación. No siempre fue fácil redactar mis artículos y en muchos casos, siempre que los veía ya publicados pensaba que pudieron redactarse mejor. Pocos, en realidad, fueron los artículos que me dejaron totalmente satisfecho desde el inicio.
Preocupado por mis lectores, aprendí a desarrollar distintas habilidades para que mis artículos fueran de interés y accesibles. Hablé casi de todo, pero siempre dentro del marco de las tres ciencias sociales que me han acompañado en mi vida: la economía, la política y el derecho. Aunque también publiqué cuentos de ciencia ficción y reflexiones de vida.
Después de 4 años, siento que mi ciclo ha terminado.
Pareciera inexplicable abandonar el espacio en estos momentos: campañas políticas, crisis de la economía, aumento de la pobreza, la violencia e inseguridad; frente a un gobierno estatal totalmente absorto, incompetente e insensible. Pero en estos momentos, y por respeto a mis lectores he decidido de hacer un alto.
Gracias a todos los que me leyeron, siempre me quedaré con la incertidumbre del resultado que les causaban mis artículos. Pero con la satisfacción de que pudimos comunicarnos durante este tiempo y, de alguna forma, conocernos.
A todas y todos mis lectores de El Sol de Cuernavaca y El Sol de Cuautla, les pido leer una última cosa: ¡sean felices y hasta pronto!
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