A punto de terminar el 2019, y transcurridos 12 meses de gobierno de la 4T vale la pena hacer una revisión de los cambios que se han impulsado en distintos aspectos por parte de la autoridad del agua en México. Cambios es lo que prometió este gobierno.
En un reporte reciente, la CONAGUA publicó sus principales logros de este primer año, agrupados en diversos temas, como el combate a la corrupción, la participación social, la construcción y mantenimiento de la infraestructura hidráulica, la administración del agua, entre otros.
Hoy analizaremos lo correspondiente al apartado de participación social, donde se relacionan los instrumentos que deben reflejar la política hídrica. Ahí el informe destaca, por ejemplo, la participación de cerca de 3 mil personas en 44 reuniones en todo el país, para integrar el Programa Nacional Hídrico. En él, dicen, se sentarán las bases de una nueva gestión del recurso, se atenderán las necesidades de los sectores más desprotegidos y se fortalecerá el involucramiento de la ciudadanía en la toma de decisiones.
Será entonces hasta que se publique que podamos saber si en realidad se impulsará un verdadero golpe de timón en cuanto a la política hídrica de nuestro país. Hasta el día de hoy no conocemos el contenido del Programa Nacional Hídrico, y no sabemos cuál es la visión de país que se quiere alcanzar, cual será la misión de la CONAGUA, si habrá cambios, cuáles serán sus objetivos, las estrategias para alcanzarlos, las líneas de acción y menos aún sabemos si cambiarán los programas existentes, y como enfocarán su cada vez menor presupuesto para alcanzar las metas que se planteen en el programa.
El informe de la CONAGUA refiere que a fin de promover una participación social y equidad de género, así como canalizar mayores recursos a zonas de atención prioritaria, en 2020 entrarán en operación nuevas Reglas de Operación del PROAGUA (dirigido a incrementar la cobertura de agua potable, alcantarillado y saneamiento). Y también se ajustarán las Reglas de Operación del Programa de Apoyo a la Infraestructura Hidroagrícola, para que aportaciones federales puedan cubrir hasta 90% del costo de obras en zonas de atención prioritaria, apoyando directamente a agricultores marginados.
Sin embargo, será hasta que se publiquen las nuevas reglas cuando podremos conocer los cambios de política, las reglas de operación que se utilizaron en el primer año de gobierno de la 4T fueron las mismas que se tenían de la administración pasada. Y los únicos cambios que se implementaron pueden considerarse como regresivos, por ejemplo, eliminar el programa de apoyo a la operación de plantas de tratamiento, sin reemplazarlo por otro programa lo único que ha conseguido es que más plantas de tratamiento dejen de operar. Así que el combate a la contaminación no parece ser una prioridad en esta nueva política. Lo cual parece una contradicción dado que la directora general tiene una larga y reconocida trayectoria en ese tema. Debería revisarse esa decisión.
Por otro lado, para apoyar el esfuerzo del Legislativo para formular la Ley General de Aguas, la CONAGUA ha realizado 13 foros de “Disertaciones sobre el Derecho Humano al Agua para la construcción de una Ley General incluyente”, donde participan legisladores, autoridades y representantes de los sectores social y privado. Con la información generada, se buscará que, una vez que sea solicitado por el Presidente, se realice una Gran Consulta Nacional para la integración de la propuesta del Ejecutivo sobre una nueva legislación hídrica.
Es decir, la Cuarta Transformación en el sector agua sigue pendiente. Será cuando se concreten todas esas reuniones de participación cuando sabremos si en realidad habrá cambios… o será más de lo mismo. Esperemos que no.