Durante la sexta brigada nacional de búsqueda participarán 14 iglesias en la entidad, mismas que serán habilitadas como módulos para la toma de muestras que los ciudadanos que estén buscando a sus desaparecidos y no a los culpables, confirmó Luis Héctor Herrera López, director de Asuntos Religiosos de la Secretaría de Gobierno de Morelos.
Refirió que en esos 14 templos, ubicados en el mismo número de municipios, únicamente se recibirán los datos, mientras que otras iglesias serán utilizadas para alojar a las más de 200 personas que integran la brigada y que arribarán de otras entidades.
Sobre el tema, a través de un comunicado, la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Morelos pidió no minimizar las preocupaciones de los colectivos y del Consejo Ciudadano de Búsqueda y reiteró su compromiso con las personas en situación de víctima. Destacó que mientras continúen los trabajos de identificación de cuerpos sin vida, con carácter de desconocidos, por la Fiscalía General, el personal del organismo continuará de observador, dando fe y seguimiento a las diligencias.
En el documento piden a las autoridades involucradas generar las condiciones que permitan atender las inquietudes e inconformidades de cada uno de los grupos. Asimismo, informó que actualmente integran el expediente CDHM/SE/V2/061/044/2018, en el que recaban las evidencias y observaciones obtenidas en los últimos meses, por lo que en días próximos emitirá su postura en la resolución que recaiga en la investigación.
Vivo o muerto, lo espera en casa
En la dolorosa e incansable búsqueda de los desaparecidos, Esperanza Sánchez Cerezo, se unió al Colectivo Regresando a casa Morelos, cuando desesperada buscaba ayuda para localizar a su hijo Emilio Ignacio Zavala Sánchez desaparecido el 21 de abril del 2020, en la comunidad de Chacahua, del municipio de Villa de Tututepec, Oaxaca.
Originaria del estado de Veracruz, pero con más de 50 años viviendo en Jiutepec, Morelos, cuenta que sus tres hijos son de estado de Morelos; el mayor de ellos, Emilio Ignacio Zavala Sánchez, el desaparecido, con quien tenía comunicación constante, hasta el 21 de abril de 2020 que dejó de comunicarse.
“Él se fue a trabajar a Puerto Escondido”, donde por su carisma era una persona muy apreciada; ahí lo contrató el propietario del Restaurante “El Punto”, de Chacahua, donde ya tenía casi un año trabajando.
Cuando buscó a su hijo, lo primero que supo fue que alrededor de las 4:30 de la tarde unos sujetos armados se lo llevaron por la fuerza y lo subieron a una lancha; asegura que hubo gente de la comunidad que vio pero que por miedo no quieren declarar.
Reconoce que esperando se comunicara, no levantó de inmediato la carpeta de investigación, se fue a ponerla a Oaxaca, desde donde se empezaron las investigaciones, lamentablemente su patrón o la persona para la que trabajaba tampoco se ha presentado a hacer una declaración sobre la desaparición de su hijo.
Esperanza, una mujer de 56 años, blanca, de ojos aceituna, se quiebra la voz cuando recuerda que en las últimas llamadas hablaron sobre la pandemia, que nunca se imaginaron fuera tan prolongada, él dijo “me voy a quedar aquí, aquí los espero para Semana Santa” justo la temporada de mayor trabajo para él, pero nunca se imaginó que serían las últimas llamadas.
Rechaza que su hijo de 36 años de edad, haya sufrido algún tipo de amenazas, aunque, recuerda que en diciembre, cuando tenía mucho trabajo, se llevaba su casita de campaña para no tener que caminar en la noche, se quedaba en el lugar y justo en la noche de fin de año una joven extranjera que vive en la zona, le pidió permiso de quedarse en su casita de campaña y cuando al día siguiente la vieron salir de ahí se soltaron rumores; días después fue detenido por la policía porque supuestamente quiso abusar de la joven. Aunque después se aclaró la situación y fue liberado.
Sabe que cuando lo detuvieron lo golpearon y desconoce si su desaparición tenga que ver con lo que se especuló con la chica, que tenía relación sentimental con el agente de la policía municipal. Revela que su hijo estuvo en Morelos en febrero, pero regresó a Chacahua días después. Pese al dolor no flaquea en la búsqueda, vivo o muerto, espera que regrese a casa.
Y aunque quisiera estar buscándolo en Oaxaca se apoya de la red de colectivos en búsqueda de sus desaparecidos, quienes unidos por el mismo dolor se apoyan unos a otros y ella lo hace desde el colectivo “Regresando a Casa Morelos”. Estos días le ha tocado apoyar en la mesa de atención a víctimas de desaparecidos para guiarlos, dice al reconocer que muchas veces por miedo, no se cumple con todos los procedimientos para la búsqueda.
Con información de Angelina Albarrán y Javier Omaña
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