Si eres de Cuautla o de algunas poblaciones aledañas a la Heroica seguramente alguna vez has visitado el mercadito de la colonia Morelos.
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Este lugar de abasto sigue de pie como un roble a pesar de contar con alrededor de 80 años de vida, lo cual lo convierte en un sitio emblemático y tradicional.
Se encuentra instalado entre las calles Jonacatepec, Oaxtepec y Jojutla, pero a diferencia de los mercados municipales este espacio se formó con varios locales que se construyeron entre las calles mencionadas, donde la gente puede comprar de casi todo.
Es visitado principalmente por los vecinos de la colonia, pero también de otros lugares cercanos, como la Francisco I. Madero, Héroe de Nacozari y el Centro de Cuautla, pero al estar cerca de la base de las rutas colectivas de Ayala también hay compradores de ese municipio.
Mercadito de la Morelos: Variedad para llevar
En este mercadito, que comprende aproximadamente unos 15 comercios, se puede encontrar variedad de productos como frutas , verduras, chiles secos, carnicerías, pollerías, puestos de antojitos mexicanos y abarrotes.
Y en este lugar trabajó Don Luis con su tiendita en la mera esquina, quien desde muy temprana hora ya tenía listo el pan de dulce para vender. También los vecinos recuerdan la carnicería de doña Socorro Rivera o bien la carnicería de doña Cástula.
También cómo olvidar a don Carlitos Pérez, quien vendía semillas y chiles secos, un hombre chaparrito, delgadito y siempre muy amable con sus clientes, que al final del día también eran sus propios vecinos.
Hace aproximadamente 40 años los niños de aquella época, hoy ya todos padres de familia, recuerdan cuando sus padres los mandaban al mercadito por el mandado sin que existiera algún problema de inseguridad.
Las calles en ese tiempo no estaban pavimentadas y las cuadras relativamente eran muy cortas, así que ir al mercadito de la Morelos era como ir a la tiendita de la esquina, comentan Viviana y José, añorando aquellos años de gran tranquilidad en su ciudad y en su colonia.
Las colonias Francisco I. Madero y Morelos son vecinas, sólo los separa una calle, por lo que era y es todavía clásico que si a la mamá se le terminaba alguna verdura o requería de algún producto cárnico, mandaba al hijo más grande de volada al mercadito de la Morelos por la cercanía y para no tener que ir hasta el centro.
Hace 40 años Rocío Martínez llegó a la Morelos y al recordar durante la entrevista volvió a vivir aquellas épocas cuando el mercadito estaba en su pleno apogeo: "Me acuerdo de don Fabián con las verduras, don Tacho en su tienda que vendía bolillos con queso añejo y chiles en vinagre, él estaba enfrente de la tienda de Don Luis".
“La tortillería de doña Pachita estaba instalada en la calle de Oaxtepec, y fue uno de los primeros negocios que se instaló cerca del mercadito. Antes ella rentaba los botes grandes de metal para el azote del arroz", narró Santiago Gómez Jiménez, vecino de la colonia Morelos.
Mercadito de la Morelos: Actualidad
Al paso de los años, como todo en la vida, todo se transforma y el mercadito de la Morelos no es la excepción, al tener muchas caras nuevas. El comercio continúa entre las mismas calles, pero varios de los giros han cambiado junto con su gente.
Algunos de los lugares donde existieron negocios que formaban parte del folklor del "mercadito de la Morelos" siguen existiendo, aunque ya cambiaron de giro, como por ejemplo la tienda de Don Luis, que ahora es carnicería, y el lugar donde actualmente se encuentra un nicho de la Virgencita de Guadalupe, anteriormente era donde se ponía don Carlitos con sus chiles secos.
La carnicería de doña Cástula dejó de ser negocio y ahora únicamente es un hogar, seguramente de su familia, lo mismo la carnicería de doña Socorro Rivera, lugar que ya no es habilitado para comercio.
Sin embargo, el mercadito de la Morelos, con menos negocios, se niega a morir y sigue firme como un gran roble, pese a las adversidades de la vida actual y por encima de las cadenas comerciales que continúan con su apertura.
Aún en estos días, los clientes, vecinos de la colonia Morelos y zonas aledañas, siguen siendo fieles al tradicional y emblemático mercadito que se niega a morir.
